No podemos establecer como regla general que los buenos directores son reacios a hacer remakes. Frank Oz o Tim Burton serían apenas un par de ejemplos. El caso que nos cita hoy es “Elsa y Fred” en versión de Michael Radford. El hombre detrás de “1984” (1984), “Il Postino” (1994) y “El mercader de Venecia” (2006) quedó deslumbrado frente la versión original que en 2005 hizo Marcos Carnevale, protagonizado por China Zorrilla y Manuel Alexandre, y decidió entregar su propio opus de la misma historia.
Elsa (Shirley McLane) es viuda, madre de dos hijos, que vive en un departamento en la ciudad y tiene todas las características de vieja pícara. Se presenta como alguien que se reconoce con cierta edad, pero ello no es impedimento para pasarla bien, incluso con alguna que otra mentira piadosa. Fred (Christopher Plummer) es viudo, cascarrabias, huraño, y no puede entender como su hija y su yerno insisten en que se mude al mismo edificio en donde vive Elsa. En algún momento se van a encontrar.
Comedia romántica por antonomasia, “Elsa y Fred” es típica: chica-conoce-a-chico, se gustan, se insinúan, se provocan pese a sus personalidades aparentemente antagónicas. Luego, está todo bien entre ellos, pero algo estalla, aunque si todo sale bien habrá tiempo para arreglar las cosas y vivir felices para siempre. Mucho de esto hay en esta historia, la diferencia de que la chica y el chico tienen más de 70 años. En el tratamiento de los personajes en el guión es donde radica el gran mérito de una historia que no parece perder vigencia.
El espectador puede contar con dos cosa fundamentales: el exquisito duelo actoral entre Shirley McLane (quien no hace olvidar a la querida China, pero al menos evita un poco extrañarla tanto), y Christopher Plummer, y una sólida dirección de Radford, cuya carrera seguramente no dependerá de las virtudes de esta producción, pero al estar realizada con tanto corazón se lo trasluce desde la pantalla y hace muy agradable el paseo al cine.