Mismo guión, diferentes objetivos
Resulta imposible no comparar a Elsa y Fred con la versión original argentina protagonizada por China Zorrilla y Manuel Alexandre. Aunque podemos encontrar que el guión es casi idéntico, y hasta por momentos se imitan las actuaciones del original, se nos presenta un film que muestra otros intereses a resaltar.
Mientras en la versión de 2005 se nos muestra a personajes consolidados y sólidos en sus papeles, en esta versión nos enfrentamos a dos personajes fuertes, Elsa y Fred, y a otros accesorios e indispensables. Quizás esta elección se debe principalmente a las diferencias argumentales, que aunque mantienen -como ya lo dijimos- el mismo guión, se ven afectadas por la forma en que se llevan a cabo. A su vez, notamos unas actuaciones bastantes forzadas, que llevan a que los personajes que no son los principales pierdan fortaleza en una visión integral. Entre estos, resaltamos el papel de la hija de Fred que, a diferencia del film de 2005, tiene un lugar bastante indefinido y una actuación muy floja.
Cuando hablamos de distintos intereses, resaltamos que en el original se mostraban dos culturas y personalidades diferentes, la argentina y la española, una centrada en el disfrute y el sueño, y la otra en el deber ser. En esta película se le da una gran impronta a todo lo relacionado con lo familiar, que, de alguna manera, también ayuda a construir a los personajes principales. Hay un alineamiento con una cierta cantidad de películas actuales que buscan explorar esas relaciones amorosas que surgen en las personas mayores luego de que pasaron su adultez, exhibiendo cómo, llegada cierta edad, con cierto grado de reflexión, se arriesgan a hacer con su vida lo que no se animaron a hacer de más jóvenes y con otras responsabilidades.
Por otro lado, lo que denominamos como la búsqueda de un nuevo interés en Elsa y Fred versión 2014 está muy apoyado en las personalidades de los personajes. Fred ya no es una persona “modosita” como en la película de 2005: es un gruñón que se va ablandando a medida que se enamora. Y Elsa, aunque por momentos es muy parecida al personaje que reversiona, se muestra con una personalidad más irreverente por momentos, y mucho más soñadora y frágil por otros.
Resaltemos el fuerte quiebre en el film de 2014. Nos encontramos con una primera parte desprolija, con actuaciones flojas y miméticas del film de 2005. Pero la segunda parte adquiere mayor intensidad y logra salir de la mera copia, conformando a una pareja parecida pero con sus propias características, dialogando a la vez con otras artes como la pintura y el cine de otros tiempos.