Elvis

Crítica de Denise Pieniazek - Puesta en escena

"Elvis, ícono cultural de lo ardiente"
Con gran expectativa desde que fue anunciada su producción se recibe la película biográfica "Elvis", dirigida por Baz Luhrmann.
Por Denise Pieniazek

“I learned very early in life that:
Without a song, the day would never end;
without a song, a man ain´t got a friend;
without a song, the road would never bend.
So I keep singing a song.”
Elvis Presley

Ya se ha estrenado en los cines argentinos Elvis (2022), biopic recibida con gran entusiasmo por parte de los admiradores de la música del popularmente llamado “Rey del Rock”. En lo personal desde que me he enterado del proyecto lo he estado esperando, también porque se encuentra bajo la dirección del talentoso Baz Luhrmann, responsable de Moulin Rouge! (2001), Australia (2008), Romeo+Juliet (1996), Strictly Ballroom (1992) y The Great Gatsby (2013). El estilo del realizador está presente en dicha biopic debido al dinamismo frenético que posee, ya que al igual que Moulin Rouge!, domina la lógica rítmica del video clip. Sin dudas, es una tarea compleja realizar una película biográfica y más aún de un talento artístico y una vida tan fructífera como la del cantante, actor y performer Elvis Presley (1935-1977), quien tuvo una vida corta pero gloriosa como Aquiles, según diría la antigüedad griega.

En cuanto a producciones audiovisuales previas sobre Presley se recuerdan las películas televisivas Elvis (1979, John Carpenter) en la cual el cantante es interpretado por Kurt Russell y Elvis and me (1988), como así también la miniserie televisiva Elvis (2005) protagonizada por Jonathan Rhys Meyers y el filme Elvis and Nixon (2016). Asimismo, entre los numerosos documentales se destaca y recomienda Elvis Presley: The Searcher (2018) dirigido por Thom Zimny y escrito por Alan Light. Se desea hacer hincapié en este último puesto que Elvis (2022) toma varios elementos del mismo, reiterando su línea narrativa adaptándola a través de los elementos poéticos y estéticos al género de la biopic. Incluso, fue este documental el responsable de resaltar positivamente toda la influencia que el músico recibió de la cultura afroamericana de Memphis.

Al respecto se debe elogiar la obra de Luhrmann, por enaltecer varios aspectos de la personalidad de Presley, no sólo su enorme aporte a la música debido a sus innovaciones y transgresiones, sino también que dichas rupturas estaban vinculadas al contexto socio-cultural, a fin de ir en contra de la segregación racial en Estados Unidos. El relato muestra que el artista tomó elementos de distintos estilos musicales tales como el góspel y el blues, para fusionarlos con la música country, el rock and roll y hasta la ópera. Todo ello mediante varios recursos estéticos y visuales característicos del director, por ejemplo, a través de la superposición de distintos lenguajes, a manera del comic, y la dinámica del video clip. En adición, el filme representa muy bien la energía, la sensualidad y los movimientos provocativos de las interpretaciones del cantante en el escenario, evidenciando como en esta ocasión el objeto de deseo era un hombre (y no como en la mayoría de los casos una mujer), permitiendo a las mujeres de la época manifestar su deseo sexual sin culpa, alejándose de las ideas de la tradición cristiana norteamericana.

En cuanto a su estructura, el largometraje es construido de forma dual. Por un lado, entre los vaivenes temporales de los inicios y el desenlace de Elvis, recorriendo entremedio toda su vida, y, por otro lado, entre la tensión de la enunciación en voz del personaje del “coronel” Tom Parker y su refutación en la mayoría de los casos mediante el significado opuesto plasmado en la pantalla. Al respecto, se remarca que aquí se observa otra faceta actoral de Tom Hanks, quien logradamente interpreta a un desagradable Parker, puesto que éste es representado como el villano del relato. Además, se destaca la caracterización física del personaje, en donde Hanks es casi irreconocible, pero con el equilibrio justo (sin excesos de prótesis como en otros casos) para que pueda notarse al actor y al personaje a la vez.

Respecto al protagonista, es notable el trabajo interpretativo de Austin Butler quien le pone el cuerpo a Elvis Presley, mediante un exhaustivo y logrado trabajo vocal (incluso canta acertadamente algunas canciones como “Trouble” y “Hound Dog”) y a través de su gran desempeño coreográfico, cuyo entrenamiento estuvo supervisado por la especialista Polly Bennett. Todo el esfuerzo previo durante un exigente casting del que participó Butler durante cinco meses rindió sus frutos. Si bien en cuanto a los gestos faciales no todo es perfecto, sobre todo si se busca cierta mímesis, cabe decir que, de todas las interpretaciones ficcionales de Presley, la de Butler es la más lograda y convincente hasta el momento.
Por último, el relato construye también acertadamente un crescendo, en el que Butler se asienta cada vez más en el personaje, para llegar al apogeo de la estrella a fines de los ´60 y principios de los ´70. Curiosamente uno de los datos que desliza la película es que Elvis era candidato a protagonizar junto a Barbra Streisand el remake de A Star is Born (1976), la cual finalmente fue encabezada por Kris Kristofferson. Analógicamente podemos decir que con Elvis estamos ante el nacimiento de una nueva estrella: Austin Butler, a quien apenas habíamos visto en la serie
The Carrie Diaries (2013) y en Once Upon a Time in…Hollywood (2019) interpretando a Tex.

En adición, igualmente brilla el vestuario diseñado por Catherine Martin (también aquí directora de arte y productora) ya que en el largometraje los
atuendos son un sistema de signos fundamental. La idea del director era transmitir a Presley como un símbolo de la cultura desde su música, pero
también a partir de sus looks y su estilo. Butler viste más de noventa trajes que van de la década del ´50 al ´70, en consecuencia, la indumentaria
también transmite la historia del artista visualmente. Respecto al soundtrack y los cuadros musicales que se representan, este es uno de los desafíos más complejos que enfrentaba la película, recordemos que Presley grabó inmensamente 1684 canciones. La selección de temas musicales es quizás algo reiterativa ya que algunos se utilizan en varias ocasiones, pero los cuadros musicales que se realizan son tan logrados que por momentos el público se queda con ganas de más. Algunos de los cuadros que se desarrollan son “That´s all right”, “Hound Dog”, “Trouble”, “Blue Sued Shoes”, “Heartbreak Hotel”, “If I can Dream”, “Suspicious minds”, y otras tantas canciones del artista son utilizadas en un segundo plano y en ocasiones remixadas.

En cuanto a las pocas, pero contundentes objeciones que tienen para hacérsele al relato se encuentran principalmente tres. En primer lugar, el
poco detenimiento en la carrera cinematográfica de Elvis (quien filmó 31 películas), sobre todo hubiese sido atinado que se profundice en el primer
periodo de la misma, donde se destacan obras como Love Me Tender (1956), Jailhouse Rock (1957) y King Creole (1958), la favorita de Presley.
En segundo lugar, el desatinado protagonismo constante del personaje de Tom Parker y su doble presencia, debido a ser la voz over que va narrando el relato resulta por momentos algo reiterativa e incluso agobiante. Por ende, se considera que la voz de Parker tiene demasiado protagonismo, cuando el centro y eje de la acción debiera pasar principalmente por Elvis, la verdadera estrella de la cuestión, esto hace que se desbalancee un poco la narración. En tercer lugar, si bien el ritmo vertiginoso mantiene entretenido al público, por otro lado, por momentos es tan veloz que no permite detenerse más en el disfrute del protagonista. Ya sea cuando canta o en otras situaciones en donde quizás pausar para permitir la observación y el goce, hubiesen sido necesarios para alcanzar mayor conmoción.

En conclusión, Elvis (2022) es una propuesta interesante, entretenida y con gran deleite tanto visual como auditivo, donde se lucen el talento tanto de los intérpretes como de su director. A pesar de no ser perfecta, es la mejor biopic de Elvis Presley que se ha hecho hasta el momento y la más completa de todas ellas, puesto que muestra todas las aristas del artista, como así también su siempre presente conciencia social.