PELVIS
Decir que el australiano Baz Luhrman filma y edita a altas revoluciones como indica IndieWire en la crítica de David Ehrlich de Elvis es una obviedad. La biopic que propone Lurhman es frenética, jamás pisa el freno y es algo que no debe asombrar luego de conocer su filmografía. ¿Recuerdan Romeo+Juliet, Moulin Rouge, Australia e inclusive The Great Gatsby? En la única que podríamos marcar una pequeña diferencia, gracias a una narración más pausada, fue en su Strictly Ballroom, la opera prima que captó la atención allá por 1992 y que vendría a ser el puntapié inicial para que Luhrman acceda a una fuente de recursos que le permitieron consagrarse, específicamente con R+J y Moulin Rouge, esta última su mayor éxito.
Guste o no, Lurhman es un director que tiene estilo propio, tiene marca. Al ver uno de sus films, uno reconoce instantáneamente quién está detrás de cámara, podemos ver sus fallas frecuentes, la agilidad de montaje como un chasquido de dedos constante y uniforme, como así también sus logros. De hecho hasta podríamos afirmar que con Moulin Rouge modernizó la idea que teníamos del musical clásico. Y le salió bien.
Ahora, ¿qué ocurre con Elvis?
Elvis es un proyecto gigante, tan grande como la misma figura de Elvis Presley. Podría excederme en adjetivos para describir qué es el film y no detenerme nunca, como erróneamente ha hecho Lurhman. La duración no importa. ¿A quien salvo a algún influencer o niño que recien entra en esto que es el cine le puede interesar la duración de un film cuando este te atrapa? Dividir El irlandés para verla en capítulos y otras tonterías…
Elvis falla en su concepción, la decisión de narrarla a través del punto de vista del Coronel Tom Parker, quien fuera su histórico manager es un error, al igual que los kilos de maquillaje utilizados sobre el querible Tom Hanks y su acento en la composición del personaje. Recuerdan al peor de sus trabajos actorales como es el del profesor G.H. Dorr en Ladykillers. Este error de que todo gire alrededor de Parker, eventualmente nos hace recorrer la vida de Elvis volviendo siempre a Parker, o sea, decepcionándonos cada determinados períodos de jolgorio, tristeza y explosión como la vida misma de Elvis. Parker era un manipulador, jugador y es presentado como tal desde el inicio, en el que veremos que, según las propias palabras del personaje, poco entendía de música.
Luhrman en su paso por Elvis tambien intenta con trazo grueso ligar a Elvis con sus raíces musicales negras, asociadas tambien a los conflictos raciales, o sea, colocar conciencia social sobre el personaje. Es un tanto burdo presentar a Elvis como un líder en contra de un movimiento, o el haber sido carismático, amigo o lo que sea de B.B.King.
Como en aquellos films que se detienen en un período específico de la vida de una personalidad notoria, Luhrman decide ir por más y muestra todo o casi todo Elvis, desde su inicio, hasta conocer a Parker, hasta convertirse en un ícono musical y sexual, hasta ser divisado como una amenaza para la juventud y ser enviado al servicio militar como tambien su etapa como actor en Hollywood y su paso por las interminables presentaciones en Las Vegas. Elvis no se detiene en la intimidad del personaje.
Elvis tambien falla en no poder generar en sus momentos dramáticos algo que realmente nos afecte: ni la muerte de su madre, ni su relación con Priscilla, ni los escuetos minutos para cumplir con Lisa Marie. Es asi como se presenta un film que brilla en los actos musicales, como una montaña rusa realmente, en la que son más las subidas y bajadas frenéticas que el detenerse sobre terreno plano, algo que le falta al film. Ni hablar de de la decisión de optar por pantallas divididas sin sentido que harían llorar a Brian De Palma.
Si algo hizo bien Lurhman aca fue encontrar a Austin Butler, este chico pone realmente el cuerpo en querer ser Elvis y lo logra. Fuera de las malas decisiones de guion y la templanza aplicada a su personaje cada vez que aparece el coronel, Butler sencillamente la rompe, brinda un espectáculo de movimiento de caderas y fonomímica que realmente acercan a su personaje a lo que era Elvis.