Elvis

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

Bueno, después de dos explosiones a medias (la subvalorada Australia, la un poco barroca El gran Gastby), volvió el Baz Luhrman de Romeo + Julieta y, sobre todo, el de Moulin Rouge! Es decir, la aplanadora pop a pleno con todo lo que el término “pop” puede incluir (que, seamos precisos, es básicamente todo, también) puesta al servicio de narrar la historia de la primera gran aplanadora pop, ni más ni menos. Es difícil encontrar en la historia (del arte o la historia a secas) un tipo que influyera con tanta fuerza en las sociedades como Elvis Presley. No es solo la música, no es solo el rock, no es solo la ruptura de toda barrera: Presley es inasible. Y ahí es donde esta película que juega a todos los juegos al mismo tiempo (desde la biografía más ramplona hasta la caricatura: el personaje de Hanks se mueve entre esos dos polos constantemente) tiene su única debilidad. En efecto, después de acelerar de un modo hoy desaconsejado en el cine de gran espectáculo, aparece la “historia” y sus “grandes hits”, que hay que mostrar o mencionar. Es cierto que la vida de Elvis aparece curada por el ojo flamboyante de Luhrman, también que esta es una película de Luhrman que lo pone en juego y riesgo absolutamente. Pero hay algo de “Billiken” que está a punto de molestar. Solo a punto: el repertorio tremendo del icono (aquellas canciones de Leiber y Stoller, por ejemplo) rompe todo nuevamente y volvemos al encanto y al vértigo. En tiempos grises, hacía falta una película a todo color.