Los buenos efectos y los actores sostienen la futurista “Elysium”
A mediados del siglo XXII está todo mal. La redistribución de la riqueza jamás ha tenido lugar, y el planeta luce como una gran villa miseria. Para colmo la contaminación enferma mortalmente a casi toda la población, especialmente a los chicos. Pero los ricos no tienen problema, ya que viven en las alturas del espacio, en una especie de country cósmico donde no sólo se dan todos los lujos sino que también poseen sofisticados aparatos que los curan instantáneamente de todo mal que hayan adquirido en el planeta. Esta estación espacial se llama Elysium y, obviamente, todos los miserables habitantes quieren lograr viajar ahí, aunque sea para curar a sus hijos.
Este es el planteo del nuevo film del sudafricano Neil Blomkamp, conocido por su película de ciencia ficción de bajo presupuesto "Distrito 9", que tenía el don de armar una historia fantástica con elementos del presente. Con mayor presupuesto, acá la intención es más o menos la misma, pero la premisa argumental es menos original y su desarrollo menos elaborado.
Matt Damon es un ex convicto que trata de mantener un trabajo espantoso hasta que lo someten a radiación negligentemente, y no le queda otra que volver al crimen si quiere lograr un pasaje clandestino a ese paraíso sideral donde podrá curar su mal. Y Jodie Foster es la malísima jefa de seguridad del lugar que da su título al film, dispuesta a comandar un golpe de estado con tal de poder aplicar su política de mano dura.
Las escenas melodramáticas se mezclan con flashbacks insípidos y furiosas escenas de acción muy bien filmadas (los efectos especiales también son de primer nivel) y en este panorama de futurismo tercermundista, el que más parece divertirse es el parapolicial Sharlto Copley, que protagoniza algunas de las mejores escenas del film. Las buenas actuaciones de casi todo el elenco ayudan a mantener el nivel, aunque la que está muy desaprovechada es Jodie Foster.