Ese pequeño detalle llamado guión.
En Elysium el mundo está dividido en dos: los que acceden a la salud, a las cosas bellas, a los lujos, a la seguridad y los demás. Solo que los que acceden, para evitar morirse infectados de la podredumbre del mundo de los normales, se tomaron un transbordador y crearon su propio mundo, el Elysium de marras. El intento desesperado de un hombre común de meterse en el mundo de los ricos y el exceso de codicia y egoísmo de parte de los habitantes de ese paraíso ad hoc pueden causar que todo el sistema colapse. Esas cinco líneas son una idea, a simple vista bastante buena, que puede servir como disparador de una película muy interesante a partir de ese maridaje maravilloso que se da cuando se mezcla la ciencia ficción con el cine. Y más si detrás de eso hay un presupuesto oneroso...