El documentalista Fernando Martinez tiene en su haber el interesante documental ¿Por qué quebró Mc Donalds? Que relata el histórico caso de la despedida de la famosa cadena de comidas del país hermano Bolivia gracias a una fuerte campaña nacionalista. Al ver En Busca de la ciudad perdida la primera sensación que tenemos es que cambió totalmente el eje de su relato, viro hacia un lugar mucho más pasivo. No obstante, hay algo en la esencia, en el centro, que las une, y claramente podemos hablar de un realizador consecuente, ambas hablan, desde lugares distintos de un amor por lo propio.
En los años ’60 y ’70 con la llegada de algunas innovaciones como el Cinemascope, el Cinerama y los primeros atisbos del 3D (por supuesto con los lentes de cartón y celofán y en contadísimas escenas) pulularon por nuestra pantalla vernácula distintos documentales que se dedicaban a recorrer paisajísticamente algún punto turístico ya sea local o mundial; algunos lo hacían trayendo espectáculos artísticos, otros con la excusa del exploitation y/o el llamado “mondo”. El resultado fue un esporádico éxito de estas películas que muchas veces servían como complementos en programas dobles. La primera sensación que deja En busca de la ciudad perdida es la de responder a esos cánones, la de provenir de ese estilo puramente paisajístico.
El destino elegido son Las Ruinas del Machu Pichu, una de las siete maravillas del mundo, y el propósito de Martinez parece ser ese, demostrarnos por qué integra ese selecto grupo de maravillas. Con un relato en off y la presencia de un viajero que aparece de tanto en tanto para dar la sensación de somos él y hacemos su recorrido, llega(mos) a Perú y de ahí va(mos) subiendo hasta llegar a la Ciudad de las Nubes, el mítico territorio de los Incas.
Sin grandes pretensiones, En busca de la ciudad perdida es un documental que entra por lo ojos, la imágenes son realmente bellas y capturadas con una fotografía formidable. También es un acierto el acompañamiento de música que amplía el criterio contemplativo, relajado. Martinez realiza un film puramente turístico, es cierto, se parece a esos pequeños documentales introductorios que nos incluyen al comienzo de los videos que compramos cuando vamos a un viaje de contingente antes de presentarse la filmación de nuestro paseo en sí. Pero también es justo reconocer que el profesionalismo y la técnica con la que está realizado dista mucho de aquellos claramente precarios.
Quizás este film refleje un momento de época, de crecimiento exponencial del turismo, si uno mira la TV local actual se encontrará con muchísimos programas destinados al turismo, enfocados a recorrer nuestro país o Latinoamérica, mostrando el desarrollo en el rubro y en las zonas. Martinez hace un largometraje (corto, 70 minutos) sobre esos programas, pero le incluye también un recorrido por zonas internas, no tan conocidas, y ahí también su film crece.
Hay un público para este tipo de trabajos, a algunos puede parecer rutinario, monótono, pero no se pueden sentir engañados, En busca de la ciudad perdida promete un recorrido visual por una de los paisajes más bellos del mundo, y al finalizar, la sensación de habernos llevado riqueza en nuestras retinas es palpable.