Cuando los buenos son los malos
Steven C. Miller la vuelve a pifiar con Bruce Willis. Hace una película de acción, mucho mejor narrada y más interesante que El gran golpe (Marauders, 2015) pero vuelve a poner al astro de Duro de matar (Die Hard, 1988) en un rol que nada tiene que ver con el héroe que acostumbra interpretar. Otra vez el star system desperdiciado.
Este asunto resiente una trama que está bien contada, más allá del mensaje “pro uso de armas” (explícito en el título de estreno en Argentina) que brinda la película.
En defensa propia (First Kill, 2017) funciona como película de traiciones y venganzas más allá del “caso Bruce”. Los personajes tienen desarrollo dramático y los conflictos son atractivos hasta el final. Hay un intento de construir a los buenos como villanos y viceversa pero, antes de la moralina final, todo regresa a sus conservadoras bases. No sea que algún espectador distraído se confunda de senda.
La cuestión empieza cuando Will Beamon (Hayden Christensen), un empresario adinerado trata de “conectar” con su pequeño hijo Danny (Ty Shelton) quién sufre Bullyng en la escuela. No se le ocurre mejor idea que llevarlo a cazar para que su instinto pase de “presa” a “depredador”. Para eso regresa al campestre pueblo de su infancia donde su padre lo llevaba a él de pequeño. En medio de la cacería de venados se topa con un ajuste de cuentas tras el robo de un banco. Will mata a un policía y su hijo es secuestrado por el ladrón. Debe devolverle el motín a cambio de su niño antes de que lo encuentre la policía.
¿Quién de todos estos personajes es Bruce Willis? Ninguno, es el jefe de policía del pueblo que guía la investigación aunque, sobre el final, se involucre más en el asunto. Un papel secundario que, si bien es acorde a su sexagenaria edad, no corresponde con el héroe de acción que suele componer en este tipo de tramas.
Incluso parece que Bruce no quiso aparecer mucho por el rodaje y, simplemente, se limita a prestar su nombre para vender mejor la película. Esto se evidencia en que cada contraplano –aquellos momentos en que Bruce aparece de espaldas- donde se hace muy notorio que se trata de otro actor doblándolo y no de él. Una pena por el tipo de cuidado técnico que el film mantiene en otros rubros.