En defensa propia es un postergado estreno que no cumple con lo que promete: no intriga ni entretiene lo suficiente como para llamarlo thriller de acción.
Asimismo, es una de esas películas en las cuales uno no entiende por qué co-protagoniza Bruce Willis. O sea, no le hace falta. Lo único que gana es ensuciar su nombre.
La premisa es simpe y repetitiva, hay demasiados clichés y por momentos aburre.
El director Steven C. Miller, quien viene trabajando en el género hace rato, se vuelve a unir a Willis (la última vez fue el año pasado en Marauders), con un resultado trunco y desapasionado.
Lo único que rescato bueno es la garra que le pone Hayden Christensen a su papel. Lo viene haciendo en todas sus últimas películas a modo de reivindicación, y lo va a conseguir en poco tiempo.
No mucho más para acotar sobre este estreno. No es mala película per se pero no aporta nada al espectador frente a una cartelera con opciones mucho mejores.