El bosque cantado
Hay que tener cuidado con lo que se desea. Es cierto. Como también lo es que muchas veces el deseo de una cosa es mejor que la cosa misma. Seguramente las intenciones de quienes pergeñaron esta película habrán sido las mejores; otra cosa son los resultados.
Cenicienta, Rapunzel, Caperucita Roja y Jack con sus habichuelas mágicas se cruzan en esta historia para que una pareja sin hijos pueda romper la maldición que les impide tenerlos. Para lograrlo deben conseguirle a un bruja varios elementos pertenecientes a cada uno de los personajes antes citados.
Estamos ante un musical, los personajes dialogan cantando. Este es un dato importante para aquellos que detestan el género. Están advertidos.
No es una comedia musical, género que requiere mayores esfuerzos creativos, exigencia en la interpretación musical y composiciones que desarrollen la trama y presenten a los personajes. En este caso la música es repetitiva, chata, sin vuelo, lo que queda evidenciado con el medido destaque de la canción "The last Midnight", interpertada por Meryl Streep.
En los tiempos que corren, esta producción no tiene nada realmente meritorio, ni en cuanto a su dirección de arte ni en cuanto a los efectos especiales. Vale hacer la salvedad de que el guión ha tenido un acotado acierto al no caer en la habitual tendencia a realizar adaptaciones edulcoradas de los clásicos y exponer algunos de los cuentos en sus versiones originales.
Sin embargo eso no alcanza para revertir el fastidio que genera el tono solemne del relato, que sólo cede ante la episódica parodia explícita, que bien le hubiera sentado a todo el filme.
En lo actoral, todos lucen correctos y entonan, sin llegar a grandes interpretaciones. Anna Kendrick es, tal vez, a quien más se la nota interesada en lucirse cantando, aunque queda a gusto del espectador aceptar o no su voz algo nasal y chillona.
El tramo final se vuelve tedioso y da la impresión de que el director no supiera como terminar el cuento. Y sí, son muchos y todos juntos. Por eso, hay que tener cuidado con lo que se desea, no sea cosa que después no se sepa que hacer con lo deseado.