En el bosque conjuga con bastantes logros dos tendencias crecientes en el cine de Hollywood: por un lado, llevar a la gran pantalla exitosos musicales de Broadway; por el otro, reciclar en clave bastante más oscura, realista y ambigua (incluso con toques perversos) los clásicos cuentos de hadas infantiles (recuérdense desde Maléfica hasta Hansel & Gretel, cazadores de brujas, pasando por La chica de la capa roja, Blancanieves y el cazador, Espejito, espejito o Jack, el cazagigantes).
La obra original, estrenada en 1987 por Stephen Sondheim y James Lapine (autor también del guión de esta transposición), ya tenía todos los elementos de esta combinación e integración (mashup en la jerga artística) de distintas creaciones de los hermanos Grimm, como La Cenicienta, Caperucita Roja, Blancanieves, La Bella Durmiente y Rapunzel (también hay referencias a Las habichuelas mágicas y otros cuentos tradicionales), pero tenía que ser Disney -el estudio que más incursionó desde siempre en el segmento de las fábulas- quien encarara esta reunión cumbre en el cine.
Con un experto en musicales cinematográficos como el director Rob Marshall (el mismo de Chicago y Nine) al frente, se trata de una historia coral que plantea un difícil desafío para el habitual público infantil y preadolescente de la factoría Disney: se trata de una por momentos algo morosa acumulación de situaciones con el bosque del título como nexo con muchas canciones originales del show de Broadway de fondo. Un festival para los amantes del género, sí, pero también una experiencia algo ardua de dos horas de duración para los más pequeños, más allá de que todos conozcan a los personajes protagónicos y haya unos cuantos intérpretes reconocibles en el elenco.
De que se trata de un musical competente y vistoso (quizá con demasiados cortes de edición), con bellas canciones y buenas actuaciones (se lucen James Corden y Emily Blunt, como el matrimonio de panaderos que desean desesperadamente un hijo; Anna Kendrick, como la Cenicienta, y las apariciones de Meryl Streep, como la bruja malvada, y Johnny Depp, como el Lobo), no hay dudas. La incógnita pasa, entonces, por saber si esta producción de Disney puede trascender el nicho de los cultores del musical para convertirse en un entretenimiento masivo para todas las edades y gustos.