Terapia bajo los árboles
Rob Marshall vuelve al género adaptando el famoso musical de Broadway de Stephen Sondheim y James Lapine, que mezcla con notable habilidad los cuentos infantiles clásicos de los hermanos Grimm "La Cenicienta", "Caperucita Roja", "Rapunzel" y "Jack y las habichuelas mágicas".
Adaptar un musical del escenario al lenguaje cinematográfico siempre supone un desafío interesante, donde se perderá cierta magia para descubrir otra.
Rob Marshall -Chicago, Memorias de una geisha, Nine, Piratas del Caribe 4- vuelve al género adaptando el famoso musical de Broadway de Stephen Sondheim y James Lapine -estrenado en 1986 y repuesto innumerables veces- contando además con la colaboración del propio Sondheim para adaptar las canciones originales y con Lapine para adaptar el guión original a la película.
Into the Woods mezcla con notable habilidad cuatro cuentos infantiles clásicos de los hermanos Grimm -La Cenicienta, Caperucita Roja, Rapunzel y Jack y las habichuelas mágicas- con el bosque como escenario principal, que funciona como transformador de sus personajes y los lleva a explorar sus verdaderos deseos y sentimientos.
Así es como una vaca blanca, una manta roja, un mechón de cabello dorado y una zapatilla de oro son los cuatro objetos -que a manera de un MacGuffin hitchconiano- sirven de excusa para movilizar al panadero y su esposa para conseguir romper una maldición y poder tener hijos.
Un arranque dinámico y divertido va introduciendo a los personajes, con cuadros musicales que rinden tributo a su origen teatral –tanto por las puestas de cámara como el diseño de producción, mezcla de escenografías con Fx usados solo para momentos de magia, y trajes que ponen atención a los detalles de cada personaje y época- hasta colocarlos en el centro mismo del bosque. A partir de allí, el ritmo se desacelera y los personajes serán conducidos progresivamente hacia un desenlace tradicional, con algunas escenas que funcionan más que otras.
Pero llegando el desenlace, tal vez la parte más interesante para quien escribe, hay un drástico cambio de tono y ritmo que hace incursionar al divertido musical por el drama y la aventura. La historia toma un giro oscuro, a la par que encantador, en el que todos los personajes sacan a relucir la oscuridad en sus corazones.
La estupenda Meryl Streep, villana principal de la película, reinventa el papel de una bruja con profundos problemas de autoestima, dando otra lección de actuación por la cual está nominada a un Oscar.
Emily Blunt brilla interpretando a la mujer del panadero, tal vez el personaje más interesante, divirtiendo con su frescura y transmitir en el final el dramatismo de un personaje que se cuestiona moralmente.
James Corden como el panadero, Anna Kendrick como Cenicienta, Chris Pine como el Príncipe Encantador, Lilla Crawford como Caperucita Roja, Mackenzie Mauzy como Rapunzel y Daniel Huttlestone como Jack, completan un reparto de famosos que no desentona y en el que pasa sin dejar estela Johnny Depp, interpretando al lobo.
A diferencia de otros musicales, Into the Woods no sobresale por los efectos ni por su diseño de producción -que a pesar de ser muy logrado visualmente no alcanza la magia de otras producciones animadas ni dramáticamente se acerca a Moulin Rouge -2001- o Chicago -2002--, sino por satirizar de alguna manera al mundo de los cuentos exponiendo un príncipe azul adúltero y temas como el amor enfermizo y obsesivo.
A pesar del final feliz, queda una extraña sensación de que Marshall y Disney transitaron senderos diferentes para llegar al dulce hogar, siendo dificultoso determinar a qué público va dirigido el film, o quien podrá disfrutarlo más.