Sólida versión de un clásico beatnik
Algunas de las novelas esenciales de la literatura estadounidense jamas interesaron a Hollywood. Un ejemplo es "Cosecha roja" de Dashiell Hammett , que terminó siendo transformada en "Yojimbo", la obra maestra de samurais de Kurosawa, y luego en "Por un puñado de dólares" de Sergio Leone, pero que hasta el día de hoy no logró un intento de producción en los EE.UU.
El último ejemplo de este fenómeno es esta excelente adaptación del clásico por excelencia de la generación beatnik, "On the Road", de Jack Kerouac, uno de los libros más influyentes y revolucionarios en la cultura del siglo XX, que con sus variadas y generosísimas dosis de sexo y drogas al ritmo del jazz avant-garde tenía todo para convertirse en película, pero que finalmente vemos ahora filmada por el cineasta brasileño Walter Salles. El director de "Diarios de motocicleta" logra capturar el clima afiebrado de las andanzas de Kerouac y sus marginados camaradas de juergas interminables a lo largo de los Estados Unidos y eventuamente también México- durante 1950.
Garret Hedlund hace un muy trabajo como el alter ego de Kerouac, que luego de encontrar y perder amigos y amores logra encontrar su inspiración para escribir, y Salles hace un inteligente foco en este aspecto para darle tensión dramatica a una historia que, ya en el libro, era tan errática como sus personajes. El film es un buen ejercicio de adaptación literaria, con imágenes fascinantes algunas están filmadas en el sur argentino, curiosa elección que funciona sorprendentemente bien al recrear paisajes desiertos casi surrealistas- y climas que logran que el espectador que haya leído "On the Road" recuerde pasajes esenciales de la novela. Y ni hablar de las innumerables situaciones sexuales, que recrean el erotismo planeado por Kerouac con situacones respetuosas del salvajismo del texto orignal, con grandes momentos a cargo de Kristen Syteart, que es la que se roba el film. Eso cuando no aparece Viggo Mortensen interpretando a un excéntrico persone inspirado en otro escritor de culto, William Burroughs. Y otro actor talentoso que tiene a su cargo un par de escenas increíbles es Steve Buscemi, en un papel hecho a su medida.
"En el camino" tiene cambios bruscos de estilo y a veces se hace un poco lenta, con menos jazz de lo que se podría suponer aunque la música de Gustavo Santaollala genera climas interesantes a través del uso de una percusión entre hipnótica y enervante-, y otro motivo para recomendar el film es la dirección de arte, original en su ambientación de época. Y por supuesto, tambien estan esos fabulosos autos de fines de los '40, que recorren con toda la furia estas infinitas carreteras.