Moby Dick, clásico de la literatura americana, escrito por Herman Neville, es unas de las obras que por más que no hayas leído, el nombre y lo básico de la historia te viene a la mente. Lo que no todos saben es que las historia fue basada en una historia real. En 1820 la embarcación Essex fue atacada por una cachalote enorme y hundida, matando a casi toda la tripulación. La película básicamente cuenta esta historia que dio origen a la leyenda de Moby Dick, con un director del calibre de Ron Howard, y con buenos actores esperábamos algo digno del libro en el que se inspiró, pero lo que conseguimos es una buena historia de pescadores, con todas sus mentiras y falsedades.
“Es la historia de dos hombres”, comienza la narración del viejo Thomas Nickerson (Bredan Gleeson) para el escritor Herman Melville (Ben Whishaw), así es el punto de partida de la historia que cuenta la división que pasará por toda la película, entre el primer oficial Owen Chase (Chris Hemsworth) y el capitán George Pollard (Benjamin Walker), tradición vs merito, riqueza vs pobreza, hombre vs naturaleza. Chase es un primer oficial de carrera con experiencia y admiración de la tripulación y Pollard hijo de la aristocracia de la época que ganó el comando del barco por su familia y riqueza. Básicamente mostrando un cliché atrás de otro sobre ese asunto es donde se centra el comienzo de la historia, pero increíblemente esta primera parte es la mejor de la película. La primera secuencia sobre cómo ellos empiezan a navegar al mar, genera la esperanza de que va a ser una buena película, pero dura poco. Cuando empieza la historia propiamente dicha de la ballena, la trama cambia de rumbo hacia una historia de supervivencia, que también se llena de clichés, cosas que básicamente ya vimos en una buena cantidad de películas sobre el tema, dejando el final extremadamente arrastrado y burocrático.
El otro problema de la película es la parte técnica, casi toda filmada en estudio, se nota demasiado la artificialidad de todo, en algunas buenas escenas eso terminan tirándola abajo. En la parte de supervivencia se usó mucho maquillaje para mostrar el deterioro de los marineros, pero quedo muy mal logrado, termina “hundiendo” la película.
Una lástima que con semejantes actores y director, se entregue una película burocrática que en momentos parece que es usada para impactar y conseguir premios, pero quedando totalmente artificial en su presentación. Una verdadera historia de pescadores mal contada, que no hace justicia al libro en el que se inspiró.