"Viento, dile a la lluvia que quiero volar"
Un elenco integrado completamente por actores semi desconocidos y un guión repleto de clichés salen al rescate de un subgénero olvidado dentro del cine de catástrofes. ¿Lo consiguen? Milagrosamente sí.
Steve Quale (un director que cuenta apenas con dos largometrajes como realizador) y el guionista John Swetnam (también, un trabajador con muy pocos proyectos en su filmografía) logran construir una divertida propuesta de aventuras que evoca al mejor cine de catástrofes naturales aprovechando al máximo un apartado técnico que sí o sí debe disfrutarse en la pantalla grande.
La premisa de “En el tornado” es simple: un grupo de “cazadores de tormentas” (créanme que esta profesión existe en la vida real) se cruza en el camino de distintos habitantes de un pequeño pueblo de los Estados Unidos que está a punto de sufrir las consecuencias de un fenómeno natural nunca antes visto.
Filmada por momentos de forma tradicional y alternando muchas escenas de acción capturadas a modo “found footage”, la película logra mantener al espectador atornillado a su butaca cada vez que aparecen en pantalla los verdaderos protagonistas de esta historia: los tornados.
Con grandilocuencia exagerada, un andar furioso y destructivo y apariciones completamente impredecibles, los tornados se llevan por completo los aplausos en una película que obtiene un importante punto a su favor gracias a no recurrir ni a la violencia ni al peso dramático que sí caracterizó a otras producciones de su estilo estrenadas recientemente (el último gran ejemplo fue “Lo imposible” de J.A. Bayona).
Otro gran acierto es la dinámica del relato que, si bien tambalea en los momentos que se apoya en dos facetas que no terminan de convencer (el drama familiar con el que arranca el film y el humor absurdo de los personajes secundarios desparramado por distintos momentos), en definitiva logra que los 90 minutos que dura la película se pasen volando. Y no es un chiste fácil.
Párrafo aparte para el Tumbler de Batman que vuelve a la pantalla grande para robarse varios momentos épicos de la película. Al parecer, Alfred organizo una subasta luego del “deceso” de Bruce Wayne y lo terminó comprando este grupo de cazadores de tormentas a muy buen precio.
Si buscas una propuesta de la talla de “Twister”, o un drama bien actuado y lacrimógeno como “Lo Imposible”, esta película claramente no apunta a colmar tus expectativas. En cambio, si lo tuyo pasa solo por satisfacer ese placer culposo de ver volar toda clase de objetos por los aires gracias al paso de un tornado, aquí tenés una oferta inmejorable para pasar un buen rato sin despeinarte.