Fuera de época.
El viudo Ed (Robert De Niro) es persuadido por su hija Sally (Uma Thurman) para que se mude con su familia compuesta por su esposo y sus tres hijos. A la hora de saber dónde dormirá, el lugar elegido es la habitación de Peter (Oakes Fegley), su nieto del medio de 12 años. Una decisión que lo hará entrar en guerra con su abuelo.
A primera vista el filme parece una falta de respeto hacia los adultos mayores (hay que considerar que se basa en un libro homónimo publicado en 1984). Incluso Robert De Niro sugiere constantemente que la guerra es algo que está mal.
El espectador siente más empatía por Ed antes que por su arrogante nieto a quien decide seguirle la corriente accediendo a aquella “guerra” donde termina disfrutando de pequeños momentos como jugar a los quemados junto a su tropa (compuesta por Christopher Walken, Jane Seymour y Cheech Marin) contra los niños, donde los típicos chistes sobre la vejez no pueden faltar.
El resto de las situaciones me parecieron genéricas, aunque como cité antes, el mensaje de alguna puede resultar un tanto ofensiva hacia los mayores. No obstante, el director Tim Hill (conocido por Alvin y las ardillas o Garfield 2) lo aborda bien, al fin y al cabo.
Lo dicho, si uno lo ve desde la perspectiva de Ed se puede notar que hasta para el protagonista puede resultar absurda la idea; si lo vemos desde la perspectiva de Peter, que intenta ser una especie de Daniel el terrible o Kevin McCallister (Mi pobre angelito) puede generar algo distinto y esperar a que aprenda a compartir.
Claro que, como toda comedia, sabemos el final; empero lo que objeto es que pese a abrirle la puerta a una secuela, la misma escena a la vez manda al tacho toda la película.
En definitiva, ver En guerra con mi abuelo puede ser entretenido y tal vez el filme hubiese pasado desapercibido si Robert De Niro o Uma Thurman no formaran parte del mismo.