Algo que no se le puede reprochar a Robert De Niro es la capacidad de adaptarse a cualquier género y papel. Sin embargo, el actor de “Taxi Driver” y “Toro salvaje” nunca había llegado tan lejos como en esta “En guerra con mi abuelo”, en la que se pone al frente de una comedia infantil al mejor estilo de “Mi pobre angelito”. La minimalista trama tiene a De Niro convertido en un abuelo en la mala que tiene que ir a vivir con la familia de su hija. A su nieto Peter (Oakes Fegley) lo hace feliz que el abuelo viva con él, hasta que se entera de que la idea es que comparta su cuarto. Ahí empieza la guerra del titulo, llena de gags dignos de dibujos animados clásicos, algunos graciosos, otros no tanto.
Pero lo que distingue a este película con un De Niro para toda la familia es un elenco que incluye a intérpretes del talento de Uma Thurman -que estaba semidesaparecida-, el cómico Cheech Marin y, sobre todo, el siempre talentoso Christopher Walken, que se roba cada escena en que aparece. Y por supuesto, De Niro tiene cancha de sobra para elevar el nivel de la película más mediana.