Se podría decir que François Ozon se convirtió en un director prolífico, ya que en los últimos años presenta un nuevo film que siempre dan que hablar en el festival que se presenta. En esta oportunidad, y ya con un año de retraso, se estrena En la Casa (Dans la maison). Si bien, Ozon ha dedicado gran parte de su filmografía al género femenino, en esta ocasión decide correr un poco el foco y centrarse en la imaginación de un estudiante, adaptando la novela “El chico de la última fila” del dramaturgo Juan Mayorga.
Ozon, como referente actual de la cinematografía francesa, se ha destacado en las comedias musicales readaptando a su mirada el estilo clásico y extremadamente artificial como es 8 Mujeres y Potiche. También, ha realizado otro tipo de films intensos donde dosifica el drama con la tragedia como se encuentra en cintas como 5×2 o El Refugio. Pero en En la Casa, explora el suspenso creando un clima denso y ambicioso.
El actor Fabrice Luchini interpreta el papel de un escritor frustrado devenido en profesor de literatura francesa que mucho le cuesta que sus alumnos usen su creatividad. En tanto, Kristin Scott Thomas, interpreta el papel de su esposa, es procuradora de una galería de arte en decadencia. Pero la trama de la película comienza cuando Germain le pide a sus alumnos una tarea, simplemente una descripción de su fin de semana. Dentro de los trabajos presentados sobresale, por su imaginación y escritura, la redacción presentada por Claude, el chico de la última fila.
Claude es un estudiante que se ha puesto por objetivo describir su vivencia en la casa de su compañero Rafa, mientras lo ayuda en matemática. Todas estas experiencias son narradas de manera sarcástica en los trabajos presentados al profesor. A modo de entrega semanal, Germain, no solo se entusiasma en dar más consejos sobre escritura a su alumno modelo, sino que también disfruta junto a su esposa de un nuevo capítulo de la historia. A medida que Claude logra más confianza en su relación con Rafa y sus padres (el rol de la madre es interpretado por Emmanuelle Seigner) más intensa y circular se vuelve la historia.
Suspenso, intriga y toques de comedia dominan la historia de En la Casa.
El relato dentro del relato, si Claude no va a la casa de Rafa no hay escritura, no hay ficción para ser ficcionada. Ozon, con su maestría nos convierte inevitablemente en voyeuristas, la historia nos obliga a saber cada vez más, hasta que todo se descontrola. Además, siendo una película perfecta, juega con la doble narración de un mismo acontecimiento, sin caer en una simple repetición.
Con pocos escenarios y solo seis actores en acción, Ozon manipula al espectador entre la realidad (ficción) y la ficción.