Tarea para el hogar
François Ozon (La piscina, 8 mujeres, Sobre la arena) se lanza de lleno en el suspenso psicológico estilo Chabrol y entrega un film atrapante pero con insoslayables fisuras. Germain, un profesor de literatura, encuentra fascinación en un avanzado estudiante llamado Claude Garcia (Ernst Umhauer); sus trabajos literarios parecen capítulos de una novela folletinesca que ocurre en la vida real. Enseguida la sospecha de Germain (personificado con solidez por Fabrice Luchini) se confirma: Garcia retrata la vida familiar de su compañero de banco; en cada entrega cuenta cómo gana la confianza de Rapha Artole y su padre, hasta culminar con el acoso de Esther, la madre (Emmanuelle Seigner). Con morbo, Germain anima el experimento de Claude (atinadamente representado en Umhauer y su sonrisa, dos pasos más allá del Demian de La profecía) y en algún momento la diablura golpea a la puerta de su propia casa. Pese a las buenas actuaciones y a las complejidades del guión, Ozon complica la trama con diálogos en off y más escenas de las necesarias. Ozon no será Chabrol, pero el intento es válido.