Un detective y una doctora del FBI escéptica acuden a un psíquico para detener a un asesino serial. No, no es un mal episodio de “X-Files”, ni una parodia de “South Park”, es la trama de “En la mente del asesino”, un thriller policial con tintes paranormles protagonizado por Anthony Hopkins, Jeffrey Dean Morgan y Abbie Cornish
Asesinos de Interés
El policial ha sido ampliamente abarcado tanto por la literatura y el cine, su vigencia hoy en día se debe en buena parte a la inventiva de diversos autores que han sabido renovar el género a través de las décadas. Existen todo tipo de policiales, pero hay dos películas que particularmente han moldeado este tipo de producciones en el contexto de la cinematografía actual y sobre todo, en el film del que hoy nos toca hablar. La primera, es Se7en (1995) de David Fincher, de la cuál toma su estética y estructura narrativa; y la segunda es El Silencio de los Inocentes (1991) de Jonathan Demme, de la cuál no sólo toma al personaje sabio y excéntrico sino que también toma al actor que se encarga de interpretar a este arquetipo dramático. Sin embargo, la burda imitación de estas dos joyas es el menor de los problemas de En la Mente del Asesino.
Desde el vamos, el director brasileño, Afonso Prayet arranca descartando cualquier tipo de elemento sorpresa en el relato ya que con sólo ver en los créditos iniciales el nombre de un reconocido actor podemos saber que ese será el asesino – algo que Fincher supo reservar en Se7en quitando el nombre de Kevin Spacey -, por lo tanto ya sabemos que el descubrimiento del homicida no tendrá ningún tipo de peso en la trama, así que lo importante -supongo- va a ser el proceso o el desafío que propondrá el antagonista hacia los protagonistas. Por otro lado, la principal motivación del asesino además de trillada, es incluso bastante razonable – y hasta justa- si uno se lo pone a pensar; es decir, no es lo suficientemente retorcida y sádica para que genere en el espectador una sed de “justicia”. Da igual que lo atrapen o no, ya que a) sabemos quien es b) el misterio de su modus operandi no es interesante.
El Mentalista
El supuesto valor agregado del argumento es el tono pseudo-sobrenatural de los poderes psíquicos de Anthony Hopkins, excusa para recurrir a un montón de efectos de montaje con aspiraciones simbólicas que nunca terminan de deslumbrar. Quizás el peor pecado sea ver a Hopkins desaprovechado y estancado en su papel de Hannibal Lecter multiuso; otro indicio de un guión carente del cualquier tipo de poder creativo. El resto del reparto sufre la misma deficiencia convirtiéndose en cúmulo de lugares comunes, Jeffrey Dean Morgan como el detective optimista y amante de la familia; y Abbie Cornish como la agente neófita pero con carácter. Y no voy a spoilear, pero el asesino tampoco salva al espectador de clavarse una hora y media viendo esta película
Conclusión
En la Mente del Asesino anula cualquier posibilidad de entretenimiento gracias a su abundancia de clichés y total desperdicio de talento actoral. Una producción olvidable y apenas disfrutable.