Los agentes Joe Merriweather (Jeffrey Dean Morgan) y Katherine Cowles (Abbie Cornish) están ante lo que parece el caso de un asesino en serie. Desconcertados y sin pistas, Joe decide recurrir a su viejo amigo, John Clancy (Antony Hopkins), un psíquico que antiguamente colaboraba con la policía pero decidió retirarse. Ahora los tres deberán encontrar a alguien que parece estar por sobre los poderes del propio John.
Película extraña si las hay la que nos toca comentar hoy, y no precisamente porque su trama sea demasiado complicada o por grandes giros de guión, sino por el desfile de actores que hay en el film; con personajes desapareciendo para no volver y otros entrando con la historia ya avanzada.
Lo primero que salta a la vista a la hora de ver En la Mente del Asesino es que hubo algunos problemas de producción, y sólo por eso es comprensible como, el que suponemos que es el protagonista, se va a mitad del film, y el villano aparece recién ahí, como si no hubiera suficiente presupuesto para tener a los actores todo el metraje, y resolvieron las cosas sobre la marcha.
Pero hablando únicamente de la película en sí, estamos ante el clásico policial del gato y el ratón, con el criminal siempre un paso más adelante que los investigadores; solamente que esta vez no es porque es más inteligente que sus perseguidores; sino porque tiene el mismo don que el asistente de estos.
A no confundir, no estamos ante una especie de Next (aquella película antes de que Nicolas Cage empiece su caída libre), sino una más de un asesino y policías con la variante de la presencia de gente con poderes sensoriales en el argumento.
En la Mente del Asesino
Es una lástima que los guionistas Sean Bailey y Ted Griffin no decidieran jugar más con el factor sobrenatural de dos de los personajes, usándolo sólo en contadas ocasiones como excusa para hacer avanzar a la trama; dando como resultado una película que en el conjunto general, no destaca por sobre la media de “otra de asesinatos”.
Para quienes busquen grandes actuaciones, lamentablemente no las vamos a tener. Si bien todos cumplen bien sus roles, en especial Colin Farrell haciendo de psicópata, ninguno destaca sobre la media, y por eso mismo se siente necesaria más presencia suya en la historia. Incluso hasta el propio Anthony Hopkins está en la nebulosa de mediocridad que tiene todo el film, cuando podrían haber explotado bastante más su rol de experimentado en estos asuntos.
En la Mente del Asesino dista bastante de ser una mala película, pero ante su casi nula innovación en el género que se mueve, se termina quedando en un producto de consumir y olvidar al poco tiempo; pese a tener un elenco con talento y caras conocidas y alguna que otra buena idea. Lo dicho, para ver y a la semana ya no recordar el nombre de los personajes.