Dame de baja el servicio o te mato
A un tipo como Axel la vida le sonríe. Joven, fachero, una novia médica con la que se va a casar y una amante que rankea como diosa, aunque el único problemita es que se trata de la directora del call center donde está empleado. Justo en el lugar de trabajo es donde su vida es un mundo de sensaciones. A veces placenteras, como cuando se escapa a tener sexo a escondidas, y a veces todo lo contrario, que es cuando un cliente insufrible le exige que le dé la baja al servicio o lo mata. Ricardo Hornos y Carlos Gil plantearon una idea que habían plasmado en un capítulo de “Encerrados” (hoy disponible en Contar), pero que falla en la falta de riesgo que deviene de un formato demasiado standard, más cercano a la estética televisiva que a la cinematográfica. Desde esa mirada es donde no cierra esta historia que, en principio, sí acierta en el concepto de la propuesta, que se mueve entre la denuncia a los sistemas burocráticos de ciertas empresas privadas que supuestamente son de servicios y cómo se reacciona ante una circunstancia límite, en la que una mala decisión puede definir la muerte propia o de algún compañero de trabajo. Esa tensión tiene buenos momentos. Incluso en la escena en la que la ira se apodera de Axel, en la mejor versión de Nico Francella. El cierre, que pretende ser sorpresivo, termina siendo previsible, por lo que las buenas intenciones del comienzo quedan fuera de la mira.