Del director David Ayer, de “Día de entrenamiento” y “Rápido y furioso” hace que la película tenga en las escenas de acción toda la pericia y en el resto del argumento demasiada ingenuidad, en dos policías simples que deben patrullar los barrios más pobres y sus pandillas maléficas. Ellos dos, santos, los demás, demonios.