Pan y circo: la sociedad despótica de Los Juegos del Hambre
En Llamas es uno de esos extraños casos en los que la secuela sobrepasa a su predecesora. Y lo hace con una voracidad pocas veces vista antes, envolviendo en una llamarada ansiosa a la primera parte de Los Juegos del Hambre, dejándola en cenizas.
Katniss Everdeen regresa al Distrito 12 luego de haber salido vencedora en Los Juegos del Hambre junto a Peeta Mellark y descubre que sus acciones han ido engendrando de a poco el germen de la revolución. Y ahora deberá volver a los juegos, en un intento del Presidente Snow para acabar con ella para siempre.
Francis Lawrence (Soy Leyenda y Agua Para Elefantes) fue el encargado de llevar a la pantalla grande la nueva adaptación del segundo libro de la saga de Suzanne Collins. No hay duda alguna de que logró darle vida de una manera inigualable a la mitología del universo de una de las obras literarias más ambiciosas de los últimos años, que reúne millones de fanáticos en todo el mundo.
Los primeros planos de Lawrence acentúan la brutalidad del régimen, y la música de Lorde, Coldplay, The Lumineers y Patti Smith, bajo la supervisión de Alexandra Patsavas, termina de redondear una sinfonía perfecta de desesperanza y terror.
"Recuerda quién es el verdadero enemigo", Haymitch, el personaje de Woody Harrelson le dice a Katniss, interpretada por Jennifer Lawrence, ganadora del Oscar por El Lado Luminoso de la Vida. Haymitch es su mentor: borracho e irónico, no es el típico guía sabio que ofrece apoyo en tiempos difíciles. Sin embargo, es fiel e inolvidable. Y la grandiosa performance de Harrelson no es la única.
Si hay algo que le sobra a En Llamas es actores de primer nivel. Stanley Tucci vuelve a dejar bocas abiertas con su personaje Caesar Flickerman, de cejas púrpuras y el carisma un tanto siniestro de un presentador de Reality TV, con una morbosidad extrema por la tragedia. Pero es Donald Sutherland el que logra dar escalofríos con el presidente Snow, un villano memorable digno de su calaña, que incluso hace palidecer a su personaje en 1900, la película de 1976 de Bernardo Bertolucci.
Philip Seymour Hoffman es Plutarch, el estratega y manipulador encargado de la edición número 75 de los Juegos del Hambre. Amanda Plummer (Tiempos Violentos y Pescador de Ilusiones) aparece poco tiempo pero logra darle a la inteligente Wiress una locura agradable, que se suma al puñado de aliados que conforman, tanto dentro del juego como detrás de escena, el diseñador Cinna (Lenny Kravitz), el seductor y descarado Finnick (Sam Claflin) y la guerrera feroz y sagaz Johanna (Jena Malone).
Pero la verdadera joya de este film es la magnífica Jennifer Lawrence. Katniss, traumada por sus experiencias anteriores, con llantos constantes ante la impotencia que le produce lo que se ha convertido su vida -una constante propaganda política de Panem y del Presidente Snow- se convierte, sin proponérselo, en el estandarte del movimiento rebelde.
Con un sinfín de elementos orwellianos y una oscuridad más profunda y trascendente sobre las acciones y reacciones de conductas revolucionarias en una sociedad autoritaria, En Llamas se convirtió en un épico film de ciencia ficción política que permanecerá por mucho tiempo en la mente de generaciones enteras.