Siempre que un libro es adaptado a la pantalla grande, forme o no parte de una saga literaria, es imposible dejar de comparar la historia base con la adaptada al medio cinematográfico. Ni hablar de si ese libro o película ya cuenta con una predecesora en su haber, en ese caso las comparaciones son -admitámoslo- inevitables.
En el caso de las secuelas, las segundas partes tienden a caer en la maldición del “hijo del medio” y suelen ser menos agraciadas que el film primogénito (y digo todo tentativamente ya que no quiero rotular a todas las sagas por igual) sin embargo éste no es para nada el caso de “En Llamas”. La nueva entrega de la historia craneada por Suzanne Collins supera ampliamente a su antecesora (en materia de guión, actuaciones y construcción de personajes) sacudiendo así el fantasma del “hijo del medio” y redoblando la apuesta para lo que parece será una saga más que épica.
Al comienzo de la trama nos encontramos de vuelta en el grisáceo Distrito 12 y, mediante escenas y actuaciones muy logradas, somos testigos de las devastadoras consecuencias que esta salvaje competencia tuvo en la psiquis de Katniss y Peeta (los vencedores de los 74 Juegos del Hambre). Independientemente de estos problemitas, la pareja preferida de Panem (o mejor dicho del Capitolio) debe emprender una gira por dicho país oficiando de embajadores de los Juegos, mostrando su “amor” al mundo y creando así una distracción para que sus habitantes se olviden de cuales son sus verdaderos problemas (básicamente que viven en la miseria, en un sociedad completamente tiranizada pero… nada que la TV y un buen romance mediático no pueda aplacar). Sin embargo, las cosas no salen de acuerdo a lo esperado y, el Presidente Snow (Donald Sutherland) viendo que estos jóvenes son más una amenaza que una solución, decide que para el aniversario número 75 de los Juegos (conocido como el Vasallaje) los participantes sean elegidos entre los ganadores anteriores. Esto claramente causa revuelo entre quienes resultan elegidos ya que, se suponía, una vez que ganaban, quedaban exentos de los Juegos por el resto de sus vidas. He aquí donde la acción se apodera de la historia y vemos nuevamente como un grupo selecto de personas (en este caso de gran diversidad etaria y en el cual se encuentran -obviamente- nuestros protagonistas) compite por probar las teoría de Darwin como ciertas, en un entramado de alianzas, intrigas y traiciones en donde solo el más fuerte sobrevivirá (eso sí, la definición de fuerte, la dejo a su criterio).
Lo que destaca esta segunda entrega de la anterior, es el guión y la importancia y profundidad que se les asigna a los personajes. La doble moral (de la mayoría de los personjaes) es casi tan protagonista como la propia Katniss y la manera en la cual la historia aborda críticamente la situación socio-política de Panem es impecable. La ironía implícita en cuestiones relacionadas con la fama, la sobreexposición mediática y la influencia de los medios en el (in)consciente colectivo es meritoria, sobre todo teniendo en cuenta que es un producto muy mediatizado y pensado, justamente, para una sociedad joven, consumista y multimedial.
El impecable elenco, integrado tanto por jóvenes estrellas (Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Sam Claflin y Jena Malone) como por reconocidos nombres de antaño (Donald Sutherland, Stanley Tucci y Philip Seymour Hoffman) y las actuaciones que ofrecen, son el ingrediente necesario para hacer de esta película, una entrega épica.
No solo el elenco encanta con su trabajo sino que se nota que el cambio de director (de Gary“cámara en mano” Ross a Francis “la tengo re clara con la cultura pop” Lawrence) favoreció mucho el desarrollo de esta saga. Lo que comenzó siendo una historia para adolescentes bastante violenta y con una trama pseudo-desarrollada pasó a ser una aventura para ser disfrutada por adolescentes y adultos por igual dejando la puerta abierta a lo que -aparenta- será una verdadera rebelión cinematográfica.
Si leiste los libros y te considerás un verdadero tributo, no te la podés perder.
Si no leiste los libros y viste la 1era entrega sin mucho éxito (tal como fue mi experiencia personal) te recomiendo la veas, aunque sea para refrescar la noción de que siempre vale la pena dar una segunda oportunidad.
PD: Incluir como cierre “Atlas” de Coldplay es sin dudas, una de las mejores decisiones que tomó Francis. Se ve que hay algo especial en el apellido Lawrence!