Cuando se estrenó la primera parte de Los juegos del hambre, los espectadores salieron del cine con un par de certezas. La primera: esta saga, adaptada de una trilogía de novelas para el público adolescente, propone un recorrido mucho más sombrío que otras de su tipo, especialmente la fantasía romántica Crepúsculo . La segunda: Jennifer Lawrence es capaz de darle vida, alma y cuerpo hasta al más esquemático de los personajes. Y verla en pantalla es creerle todo lo que propone. Es convencerse de que ella, y nadie más que ella, puede ser Katniss Everdeen, la heroína renuente de un pueblo necesitado de un salvador. Claro que, más allá del talento y carisma de su protagonista, este segundo episodio carga con la difícil tarea de ser el puente narrativo para la resolución de la historia, que se desarrollará en las próximas dos entregas.
Ya pintado el mundo gris y escaso de esperanza en el primer film, al director Francis Lawrence ( Soy l eyenda) -que tomó las riendas luego de la salida de Gary Ross- le tocaba profundizar ese universo, apostar a fondo por la visión de la autora de los libros, cuya trama se respeta casi a rajatabla. Allí está entonces la Katniss traumatizada por sus experiencias en la mortal competencia en la que tuvo que participar y consiguió ganar con valentía e ingenio. Una vuelta del destino cuyas consecuencias empezará a pagar en su retorno al hogar. Vigilada y utilizada por el mismo régimen que la oprime a ella y sus compatriotas, Katniss comenzará un duro proceso de cambio desde la adolescente desesperada por sobrevivir al símbolo de una revolución por venir.
Con un argumento tan cargado de referencias políticas y apenas veladas denuncias sobre el lugar de los medios en nuestra sociedad, el film podría haberse estancado en la solemnidad que su material de origen propone y, sin embargo, logra avanzar sin tropiezos gracias a una ajustada edición y al gran trabajo de su elenco. Entre ellos, están los veteranos de la primera parte Woody Harrelson -ladrón de escenas profesional-, Elizabeth Banks, Donald Sutherland, además de Josh Hutcherson y Liam Hemsworth, que interpretan a los enamorados de Katniss evitando el tono meloso. Entre los debutantes que se suman en esta entrega se destacan Jena Malone y Sam Caflin, como nuevos rivales de Katniss. Menos atinado resultó el casting de Philip Seymour Hoffman, un talentoso actor que aquí parece perdido interpretando al siniestro y misterioso Plutarch Heavensbee, un personaje esencial para lo que vendrá.
Con su atmósfera cada vez más densa y oscura y su acento en las tribulaciones internas de su protagonista, Los juegos del hambre está cada vez más cerca de ser digno heredero de la saga de Harry Potter. No es poca cosa.