La supervivencia del más bello
Otra saga juvenil. Otra película basada en una novela que vendió millones de copias. Comparable con Crepúsculo (Twilight, 2008), Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso (The Mortal Instruments: City of Bones, 2013) o La huésped (The Host, 2013), Los juegos del hambre: En llamas de Francis Lawrence es una segunda parte que no arriesga mucho más de lo que ya se vio en su antecesora.
Luego de ganar la edición nº74 de los peligrosos Juegos del Hambre junto a su pareja de competición Peeta Mellark (Josh Hutcherson), Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) vuelve a su casa junto a su mamá y su hermana. Pero el sufrimiento no culmina al regresar. Ahora Katniss es obligada a embarcarse en la Gira de los Vendedores, un recorrido por los distintos distritos, mientras que se va engendrando una rebelión y mientras el malvado presidente Snow (Donald Sutherland) organiza la edición nº75.
Lo que parecía ser una lectura novedosa sobre una dictadura futurista, el hambre de los pueblos y el control político de las transmisiones en los medios de comunicación en la primera parte, ahora se muestra de la misma manera sin adicionar nada interesante en el relato, sólo algunos nuevos personajes, nuevas alianzas y más amenazas. La realidad es que no se percibe ningún elemento que reflote la historia sino hasta el final.
Resulta lógico que se haya querido enfatizar la innegable belleza de Jennifer Lawrence a través de reiteradísimos cambios de vestuario, peinado y maquillaje exuberantes, opacando a los personajes de su alrededor. Pero este recurso no siempre es positivo, dado que puede desconcentrar al espectador y desvirtuar la razón de ser de la trama, si es que la hay verdaderamente en esta segunda entrega.
Por su parte, algunos errores de continuidad y lógica parecerían tomar por tonto al público. Un ejemplo de ello son las escenas en las que Katniss se enfrenta a torbellinos furiosos de agua, caídas violentas y otras situaciones sin perder nunca una sola flecha del estuche que lleva en su espalda. Por el contrario milagrosamente siempre tiene más.
A pesar de los aspectos poco felices, sobresale la actuación de Jennifer Lawrence, ganadora del Oscar como Mejor Actriz por El lado luminoso de la vida (Silver Lining Playbook, 2012) de David O. Russell. En esta segunda etapa, su personaje ingresa en un territorio aun más emocional en el que la constante toma de decisiones difíciles está a la orden del día. Para ello se recurrió a temas musicales de Coldplay para brindar un poco más de fuerza al relato. Destacables también, aunque no en su máximo esplendor, Philip Seymour Hoffman y Woody Harrelson.
Disponible también en versión doblada, Los juegos del hambre: En llamas cuenta una historia atrayente para el público juvenil pero deja gusto a poco a pesar de su parafernalia. Sin embargo quien desee deleitarse con una estrella reciente talentosa y hermosa en uno de sus papeles más importantes, quedará más que satisfecho.