Si bien puede tomarse como una película ecológica, una vuelta a las raíces, un canto a la vida, la realidad es que “En lo profundo del bosque”, no convence.
Sí, podemos hablar de buenas actuaciones, tanto Ellen Page como Evan Rachel Wood, logran una buena química como hermanas en pantalla. Pero alrededor hay muchas cosas que no cierran, que no son creíbles. Quizás si la película se hubiese desarrollado en otra época, quizás así funcionaría.
Las hermanas viven con su padre en una cabaña ultra-tecnológica en el medio de la nada. (No sabemos por qué, pero allí están). Se enteran por TV que la ciudad sufrió un gran apagón y pronto la oscuridad llega a su hogar. Lo raro: ninguno mira el celular (ni apareció alguno) para chequear si tenía señal o podían comunicarse con alguien o chequear batería. El personaje de Ellen Page por ejemplo, hablaba por computadora con su “novio” y ni atinó a llamarlo como para avisarle que se quedó sin luz. Solo al otro día deciden ir a la ciudad (que queda a 8 litros de nafta ida y 8 vuelta) a buscar provisiones. Se encuentran con un supermercado saqueado, con una persona que pasa a lo lejos y un hostil vendedor. Se llevan algo de nafta y vuelven.
Desde allí no intentan irse y pasan 15 meses sin luz! What?
En el medio, veremos una trama monótona en donde poco pasa y cuando pasa se trata de situaciones puestas para que el espectador se conmueva, no es algo que sucede natural.
Es muy difícil contar una historia en donde los personajes no tienen dónde ir, ni tampoco motivos para quedarse.
La película deja un sabor amargo y una sensación grande de vacío.
En lo profundo del bosque es una película de 2015, dirigida por Patricia Rozema, que pudo volcar la sensibilidad de los personajes en pantalla, hacer creíble esta unión fraternal, pero no convenció con la narrativa.