Postapocalipsis en breve
Filme de terror contenido, o un thriller futurista donde lo repentino asusta más que lo imprevisto,
En un futuro próximo pero impreciso, En lo profundo del bosque arranca con un corte de electricidad. Allí entre los árboles viven, en una casa moderna, un padre y sus dos hijas, grandes, que de a poco aprenderán en su propia carne y piel -cada vez más delgada- las probabilidades de que la comida, el combustible y hasta el optimismo y la esperanza comienzan a agotarse.
La película también se presume a sí misma como anticipatoria, un microrretrato de lo que puede ser un futuro no tan lejano.
El origen del apagón no queda claro, alegorías al margen. ¿Fueron terroristas? ¿Una falla energética? ¿El apocalipsis? El apocalipsis es lo que se les avecina a las hermanitas.
Nell (Ellen Page), estudiante sumamente aplicada, su hermana mayor Eva (Evan Rachel Wood), una bailarina concentrada y esmerada, y su padre (Callum Keith Rennie), más bueno que Lassie, se encuentran, así, ante lo inesperado.
La directora Patrica Rozema se basa en ello -lo repentino más que lo imprevisto- para que el argumento se desande y genere cúmulos de dificultades, temores y alguna muerte, sí, medio traída de los pelos.
También, que se puede continuar viviendo y estudiando con libros con olor a papel en lugar de la web, y ensayar ballet sustituyendo la música por un metrónomo. No es Náufrago, ni es Lost, tampoco The Walking Dead, pero hay una reclusión, un recogimiento que varía de un personaje a otro, con vueltas de tuercas, remanidas o no, que no hacen a la cuestión.
Cuando la cosa se empieza a poner espesa -de alguna manera esto tiene que terminar-, están Ellen Page (La joven vida de Juno) y Evan Rachel Wood, la actriz de Westworld, bastante más crecidita que en A los trece, para sacar las papas del horno, o al menos salpimentarlas. Un filme de terror rural, pero apocalíptico.