“Los jueces siempre los ponen los patrones”, es una de las frases más fuertes del documental “En Obra”. Y si bien, la justicia ha actuado y emitido veredicto en el caso del asesinato del docente neuquino Carlos Fuentealba, lo cierto es que el responsable del mismo, estaría libre, a pocos años de una sentencia lograda con mucho esfuerzo por parte de los fiscales intervinientes.
Esta afirmación, dura y tajante, puede ser entendida como una manifestación de enojo, pero lo cierto es que es un reclamo que debe ser leído, más allá de este caso, una necesidad popular de ser tratados y respetados como iguales, independientemente de la ubicación que ostenten en la pirámide social.
Para quienes no lo recuerden, Fuentealba fue asesinado cuando participaba de una marcha en el marco de un paro docente en Neuquén, por un oficial de la fuerza de seguridad de la provincia en 2007.
A lo largo de este trabajo de investigación de Ariel Borenstein y Damián Finvarb, veremos como los estamentos del poder de turno (representado en varios ámbitos), accionan para perpetuarse y obturar reclamos legítimos en varios frentes.
El documental está estructurado en tres partes, todas referentes a conflictos gremiales serios en el Sur del país. En cada una de ellas, hay presencia de Carlos Fuentealba, quien transitó por esos espacios, dado que era un hombre comprometido políticamente con la sociedad.
A lo largo del prolijo y metódico seguimiento que hacen los documentalistas, el eje será la militancia, la búsqueda de los trabajadores por hacer oir su reclamo, y las respuestas de quienes están aliados para sostener el “status quo”, a cualquier precio.
Hay valiosos testimonios, fragmentos que sorprenderán al espectador (un dirigente gremial suspendido por “99 años”?) y la descripción de un hombre que, en todos los espacios que ocupó, fue consecuente con la defensa del derecho de sus conciudadanos.
Necesario, complejo y arriesgado registro, sin dudas.
La memoria de Carlos, no merecía menos.