Las extranjeras
Con su mirada peculiar, que sumerge al espectador en un universo tan personal como la imaginación de una jovencita, el director surcoreano Sang-Soo Hong relata las historias de tres mujeres buscando un rumbo para sus vidas en un país extraño.
Una joven estudiante de cine y su madre se refugian en un hotel mientras tratan de resolver la complicada situación económica en la que las dejó un tío. Para pasar el tiempo, la joven decide pensar los guiones para un próximo cortometraje. Así, lo que constituye la verdadera trama de la película es el producto de su imaginación: tres historias protagonizadas por distintas mujeres francesas, que a su vez se llaman siempre igual (todas interpretadas por Isabelle Huppert), en Mohang, un pequeño pueblo costero de Corea.
El trabajo estético, un ida y vuelta de las escenas, la repetición de diálogos, incluso el uso del zoom, recuerda permanentemente que lo que se está viendo en realidad no es una película terminada, sino el proceso de creación en la mente de una potencial directora.
En tono de comedia liviana, con personajes que se comunican torpemente ya que hablan inglés, que no es la lengua nativa de ninguno, el director encara cuestiones profundas: las búsquedas personales, las disyuntivas, las dudas sobre la propia vida.
Si bien cada episodio tiene una estructura propia, las historias se entrelazan y encajan una con otra, llegando a un cierre coherente. Es clave la actuación de la excelente y multifacética Isabelle Huppert encarando a estas tres Anne que visitan Mohang, en un filme con una atmósfera algo onírica, que resulta bello, simpático, pero a la vez, profundo.