El director de En julio, Solino, Contra la pared, Al otro lado, Cocina del alma y The Cut estrenó en Cannes 2017 este manipulador film que le valió a Diane Kruger el premio a Mejor Actriz en ese festival y ganó el Globo de Oro.
El más reciente trabajo del realizador alemán arranca con una situación casi imposible de soportar: Katia (la estrella germana Diane Kruger) sufre la muerte de su marido y de su pequeño hijo cuando una bomba estalla frente al negocio de su esposo en el barrio turco de Hamburgo. Los supuestos autores (pertenecientes a un grupo neonazi en la línea del NSU) son absueltos en el juicio y ella deberá no sólo hacer el duelo sino también debatir internamente cómo sobrellevar semejante tragedia e injusticia.
El film no tiene la más mínima sutileza: todo está (sobre)explicado, subrayado, puesto en primerísimo plano, como subestimando a un espectador que parecería no ser capaz de entender si los personajes no lloran, no dicen, no ven todo de manera obvia. Dividida en tres grande partes (presentación y tragedia, batalla legal y desenlace por demás impactante), ninguna de ellas funciona y los golpes bajos abundan.
Perturbadora y procativa, sí, pero a partir de recursos con en varios momentos resultan muy poco honestos, En pedazos resultó el ejemplo más acabado de una programación de Cannes 2017 dominada por películas recargadas, solemnes y pretenciosas sobre las peores miserias humanas expuestas de la manera más obvia y brutal que pueda imaginarse. Si quieren enfrentarse a semejantes excesos, allá ustedes.