Cuando Diane Kruger apareció en Troya, de Wolfgang Petersen, en el 2004, la actriz, que ya era conocida como modelo, adquirió fama internacional y en ese momento se perfilaba como una nueva figura prometedora de Hollywood.
Sin embargo, con el paso del tiempo el cine norteamericano luego la encasilló en roles menores donde se limitaba a ser la chica linda que acompañaba al protagonista masculino de turno.
Quentin Tarantino le dio la posibilidad de destacarse un poco más en Bastardos sin gloria y luego pudo mostrar otra faceta como artista en producciones europeas, como Adiós a la reina, donde encarnó a María Antonieta.
Su nueva labor en el film alemán En pedazos representa la mejor interpretación de su carrera hasta la fecha y pone en evidencia el modo criminal en que la industria del cine la subestimó todo este tiempo.
Por este trabajo se llevó el premio a la Mejor Actriz el año pasado en el Festival de Cannes y merecía estar nominada al Oscar este año.
En pedazos presenta una historia muy interesante que lidia con una temática de actualidad como es el avance del neo nazismo en Alemania.
Si bien la película narra una historia de ficción, el conflicto está basado en una serie de incidentes que se registraron en los últimos años en ese país, donde ciudadanos inmigrantes fueron asesinados por grupos fundamentalistas de ultra derecha que todavía promueven las ideologías del pasado.
A través de una drama intenso el director turco Fatih Akin expone la impunidad con la que se desenvuelven estos grupos y las fallas de un sistema judicial que parece operar en favor de los delincuentes.
Diane Kruger brinda una interpretación dramática a través de un personaje complejo en el que transmite con mucha convicción los sentimientos de duelo y frustración que atraviesa su rol.
Lamentablemente en el tercer actor de la historia, el director convierte a En pedazos en la versión “cine arte” de El vengador anónimo y una serie de hechos inverosímiles atentan contra el realismo que tenía el film hasta ese momento.
La paradoja de esta situación es que es justamente en esa parte final donde la protagonista brinda sus escenas más impactantes.
Aunque el director no termina por explorar del todo las temáticas los dilemas morales que trabaja, En pedazos merece su visión por la labor de Diane Kruger, quien finalmente pudo demostrar su talento como actriz.