En Pedazos: El vacío de perderlo todo.
El drama alemán ganador del Globo de Oro a Mejor Película Extranjera trae una historia de pérdidas y fortalezas, liderada por una inmensa Diane Kruger.
En temporada de premios es inevitable perder de vista algunos estrenos de menor tamaño, lamentablemente puede pasarle incluso a una película galardonada con el Globo de Oro a Mejor Película Extranjera. Ignorada completamente por una academia que le negó siquiera una nominación a los Oscars, tenemos el estreno de un drama alemán destacado por el protagonismo de una Diane Kruger sufriendo un dolor personal terrible.
Una joven madre ve su vida destrozada cuando una explosión reclama la vida de su esposo e hijo. Durante la cinta seguiremos el camino de su duelo, pasando por una interminable lucha contra la tristeza y adicciones que terminaran culminando inevitablemente en una lucha por justicia.
En las últimas dos décadas, en Alemania han ocurrido de forma constante distintos atentados por parte de grupos identificados con el nazismo y apuntados a gente de origen extranjero. El director Fatih Akin, alemán de ascendencia turca, siempre tuvo como eje en su filmografía la vida de la población turca-alemana. En esta ocasión la propuesta es traer una historia dramática con el calibre cinematográfico a la altura de una inmensa Kruger, que logra hacer sentir la tensión racial que al día de hoy aqueja a Europa. Con un guion que supo estar a la altura, de todas maneras la mayor falencia del film es no lograr pasar del aceptable. Hay muy poco para reprocharle, pero al mismo tiempo uno podría decir que en todos sus aspectos la película se queda corta en entregar un drama memorable al mismo tiempo que hacer justicia a una tan dramática realidad europea.
La narrativa se divide en tres capítulos marcados por títulos, y es una división completamente natural para la historia. En una época dónde la gente se acostumbra a consumir su ficción en forma episódica gracias a la irrupción de la comodidad máxima en forma de streaming acompañado por un nivel de calidad excelente en las producciones que antes no podían competir con el gigante de HBO, nos encontramos con una película que parece fácilmente adaptable a la TV si esa fuese la intención en la sala de edición. Pero afortunadamente esta interrumpida historia nunca pierde el ritmo, aún cuando su división es clara y definitiva. La dinámica homogénea del film es un gran logro teniendo en cuenta la cantidad de recursos elegidos especialmente para hacer sentir al mismo como una recopilación de momentos: la cámara en mano y celular con las memorias de la familia, la cuidada elección de las ocasiones para utilizar música, y por supuesto los títulos ya mencionados que dividen sus capítulos.
La dirección de Akin destaca especialmente por permitir a Kruger brillar en un papel que le requirió a la actriz entregarlo todo, y aún así tener tiempo para entregar destellos de imaginación por parte del trabajo de cámara. El guion lleva a Kruger por toda etapa imaginable cuando una persona sufre una tragedia tal, y la actriz satisface con creces toda demanda que el papel le pedía. Aunque algunas luces estaban apuntadas a Josh Homme (frontman de la banda alternativa Queens of the Stone Age), el cruel silencio es lo que domina un film que elige unas cantadas ocasiones para implementar su banda sonora. Como resultado, los momentos elegidos para acompañar con música se vuelven inmediatamente intensos.
Sobria y muy sentida, En Pedazos ofrece una experiencia que aunque no dejar mayores destellos, muestra todo lo que se propone entregando una pequeña historia que logra reflejar un drama humano en medio de una realidad cada vez menos identificada solo con la ficción.