Una historia violenta
En peligro nos cuenta la historia de Carla (Nai Awada) que, en cierta situación de vulnerabilidad por desplazarse ayudada de muletas, se enfrenta a una seguidilla de circunstancias que ponen en peligro, justamente, su vida. Si bien el poster remite a las producciones viscerales de los Garcia Bogliano (No moriré sola, Habitaciones para turistas), la propuesta de Matias Szulanski (director de Pendeja, Payasa y Gorda) se aproxima más a un relato moderno que a una película de género.
Asistimos a unas jornadas complicadas en la vida de Carla. Su perro fue asesinado, tratan de ahogarla, su ex novio Juan (Andrés Ciavaglia) la sigue acosando y todo alrededor suyo se convierte en una amenaza, incluso su entorno más cercano. Todo en la trama parece casual, un mundo plagado de personajes que vagan y eventualmente pueden o no cruzarse, reconocerse, siquiera saludarse. Una sensación similar de debilidad o de peligro latente opera en el espectador, que se siente abandonado por una premisa que parece prometer sangre y tripas, pero decide no cumplir: no recurre siquiera a la violencia física gráfica.
Lo más destacable de la propuesta es la estética. La aparición de elementos vintage, como un proyector de diapositivas, determinados empapelados y texturas enmarcan el abandono con si mismos que atraviesan los personajes. En lo que a la trama respecta, tiene una gran carga de cinefilia en muchos sentidos, busca la referencia, la inspiración, el guiño pero al armarse de una estructura casual termina corriendo el riesgo de convertirse en una simple colección de los mismos clichés que critica.
Quizás lo más criticable es que por su propio ritmo lento y contemplativo, no termina de enganchar. La participación del detective de policía Alberto Zapiola (Alberto Suárez) imprime cierto dinamismo a la trama y llama nuestra atención, pero sus apariciones son tan esporádicas que el interés se diluye.
Propuesta arriesgada que no termina de ser cine de autor o cine de género. Véala y saque sus propias conclusiones.