Los peligros de lo repulsivo
Con dirección de Matías Szulanski, se estrena en los cines argentinos el largometraje En Peligro. La película posee un indudable aire a cine clase B, lejos del canon clásico del género policial. Plagada de citas cinéfilas y dueña de una estética que remite, indudablemente, al subgénero de acción violento, las características que esboza la película -con estética bizarra, juegos visuales vintage y poblada de personajes marginales- recuerdan al tipo de cinematografía que patentara Quentin Tarantino en sus comienzos. Sin embargo, las apariencias engañan y la comparación le queda al film en cuestión evidentemente grande.
La actriz Nai Awada es una joven en muletas, quien se ve perseguida y amenazada por su ex pareja, Juan (interpretado por Andrés Ciavaglia). Vulnerable ante los inexplicables ataques, y asistida por su amiga (Flor Benítez), acude a pedir ayuda a un detective de policía (Alberto Suárez), quien se involucrará en la investigación del caso.
Intercalando largos pasajes contemplativos, un uso constante de los tiempos muertos y recurrentes guiños que sólo el cinéfilo más avezado podrá apreciar (Roger Corman, Hong Sang-Soo, etc.), el film va construyendo diversas capas narrativas a medida que transita una intertextualidad a flor de piel. Es un cine que habla desde el ritual mismo de la representación y, por otra parte, es un cine que a veces abusa de sus clichés. De todas maneras, resulta interesante plantear la cuestión acerca de los paralelismos, reflexionando sobre los límites entre la ficción y la realidad, al tiempo que vamos descubriendo las apariencias de lo que sus personajes “dicen ser” y lo que verdaderamente “son”.
La música setentosa ambienta el imaginario del cineasta, poblado por un universo de personajes grotescos, en donde la autorreferencia al cine comercial se intercala con lo rutinario de la vida diaria, capturado en escenas excesivamente largas, conversaciones sin sentido e innecesaria quietud que en su planteo formal se torna trivial y reiterativa. Y desde ese estado latente el film salta a la violencia explícita y sangrienta, sin escalas.
Damián Leibovich, guionista de En Peligro, apela al humor negro y al absurdo de lo irracional para sacudir la intransigencia de sus personajes y poner de manifiesto cierta crítica cultural, muchas veces apelando a líneas de diálogo -de bastante mal gusto- mediante provocaciones que van desde el regodeo en la muerte de una mascota, una discapacidad motora y hasta una grave enfermedad indeseable.
Aun parodiando la influencia de la que busca nutrirse, excesiva y abúlica en sus 95 minutos de metraje, el modo reflexivo devenido en la catarsis violenta del desenlace tiene como fin mostrar esa cara despiadada y malvada con la que toda sociedad convive. Pese a sus carencias, no estaría errado el film en poner el punto de conflicto sobre la capacidad de asombro del espectador, acerca de la mezquindad humana y cierto nivel de autocrítica. El daño porque sí desnuda las miserias que a veces conviene ocultar, como verosímil de la bestialidad de la que somos capaces.