PUEBLO CHICO, INFIERNO GRANDE
El terror surcoreano sigue haciendo de las suyas y ahora cambiamos zombies por espíritus malignos.
Después del exitazo de “Invasión Zombie” (Busanhaeng, 2016), nos llega otra gran historia de terror surcoreano, esta vez de la mano del director Na Hong-jin, que la rompió toda en los últimos festivales de Cannes y Sitges con este thriller policíaco y sobrenatural donde se mezclan las creencias religiosas, las supersticiones y el folclore de la región.
La apacible rutina de una comunidad rural se ve alterada súbitamente por una serie de horrendos asesinatos cometidos por sus habitantes más tranquilos. Sin motivos aparentes a la vista, y ante la perplejidad de la policía local, las sospechas empiezan a caer sobre la mala influencia de un anciano japonés que llegó al pueblo hace poco y ahora vive alejado en medio del bosque.
El oficial Jong-goo empieza a investigar por su cuenta y pronto se convierte en el blanco de una maldición que afecta a su pequeña hija. Desesperado busca la colaboración de un sacerdote que lo ayude a encontrar explicaciones, además de contratar los servicios de un chamán que pueda liberar a la nena del espíritu maligno que la aterroriza.
“En Presencia del Diablo” (Goksung, 2016) es todo lo opuesto a “Invasión Zombie”. Na Hong-jin se aleja del caos y el bullicio de la gran ciudad para contar una historia que remite a los clásicos más clásicos del terror occidental como “El Exorcista” (The Exorcist, 1973) y “La Profecía” (The Omen, 1976), pero impregnada con las costumbres y los mitos orientales. Hay muchos elementos de la tradición cristiana, que acá chocan con las supersticiones y los ritos locales, a los que los habitantes de estas comunidades más alejadas parecen más susceptibles.
El director y guionista se toma su tiempo (más de dos horas y media) para desarrollar cada uno de sus personajes, sus situaciones y sus climas. El ritmo tan lento no siempre funciona, pero compensa con suspenso, dramatismo y mucho gore. Jong-goo termina siendo un protagonista demasiado torpe, por momentos, y esto dificulta una trama que nos mantiene, casi siempre, hipnotizados frente a la pantalla.
“En Presencia del Diablo” es una película de terror hecha y derecha que juega con nuestros nervios y ese espíritu detectivesco de “descubrir al culpable”. Le juega a favor los escenarios rústicos y la idiosincrasia del lugar y su gente, en contraste con el “modernismo” de una metrópoli como Seúl; pero no logra mantener la atención y el ritmo a lo largo de toda la trama.
Mientras que “Invasión Zombie” (perdón por la comparación constante, pero es el referente surcoreano más cercano que tenemos) es vertiginosa, sangrienta y trágica; la obra de Na Hong-jin explora el drama familiar y las diferentes creencias religiosas de sus protagonistas. Avisamos, no es para cualquiera que no esté acostumbrado al ritmo del cine oriental, pero sigue siendo un gran exponente del género de terror, sobre todo, por esa mezcla cultural tan extraña e intrigante.