Hay un pueblo donde aparece una rara y terrorífica afección. Hay un detective, hay una niña, hay un chamán y un japonés misterioso (en Corea los japoneses no son precisamente queridos). Con estos elementos, se crea un tapiz social y sobrenatural muy impresionante, un film con la densidad de una novela clásica que no deja de lado ni la poesía ni el estremecimiento. Los coreanos están haciendo una parte considerable del mejor cine actual, y esta película lo demuestra.