Construir el miedo
"En presencia del diablo" trata sobre un pueblo coreano en el que ocurren una serie de asesinatos salvajes y misteriosos. Los rumores se propagan a causa de la presencia, desde hace poco tiempo, de un anciano extranjero que vive como un ermitaño. Pero un policía cuya familia está directamente amenazada, cree que se trata de crímenes sobrenaturales.
La ansiedad social de la que solemos ser víctimas; el tener todo ya; el llegar ya, antes que los tres de adelante, en el subte; escalar rápido; tener la primicia; competir sólo para ganar: el camino es olvidado y sólo evaluamos según la respuesta al estímulo. Es por ello que nos acostumbramos a ver filmes de terror en los que apenas importa que sean aterradores, a fuerza de sobresaltos, monstruos que den miedo o efecto “gore”, que salpique sangre y nos obligue a quitar la mirada de la pantalla. La vanguardia cinematográfica de Oriente, específicamente de Corea del Sur, no sólo se basa en lo novedoso, sino en reestablecer las bases artísticas o de género que están en el otro extremo de la búsqueda ansiosa de asustarnos instintivamente. De esta forma, “En presencia del diablo”, en sus dos horas y media de duración, construye el miedo, lo planta con escenas fuertes y lo fortalece más con situaciones policiales y de desesperación. En la tormenta, como en la quietud, no deja de crecer.
La historia
La policía de un pequeño pueblo rural debe investigar un extraño asesinato con rasgos de brujería. Un japonés llegado hace tiempo al bosque vive como ermitaño y es señalado como sospechoso (en Corea del Sur no quieren mucho a sus vecinos japoneses, lo que hace más lógico el prejuzgamiento espontáneo). El agente Jong-Goo (Kwak Do-won) cree que ese asesinato y otros hechos extraños que suceden en el pueblo están vinculados a algo sobrenatural, y cuando su familia se vea amenazada por algo que escapa a su comprensión, hará todo lo posible por resolver el misterio.
Subidos al caballo victorioso de “Invasión zombie”, que se estrenó en enero y logró gran repercusión mundial, Corea vuelve al ataque con el cine de género aunque con una propuesta que se aleja bastante de la ya estrenada, porque en vez de mirar hacia Occidente, se concentra en su forma de filmar. Resulta extravagante, compleja, en constante ascenso en el suspenso y, del mismo modo, atractiva.