“En primera plana”: Periodistas y detectives
Pocos días antes de la ceremonia de los Oscars, llega a nuestras salas otro de los platos fuertes de la temporada. Con seis nominaciones en categorías principales, este drama basado en un caso real narra la historia de la investigación que llevó a desenmascarar una conspiración de la iglesia católica para esconder sacerdotes pedófilos.
“Spotlight” sigue los pasos del grupo de periodistas del Boston Globe que se dedica a las investigaciones especiales y más profundas, bajo la tutela de Robby (Michael Keaton). El equipo se completa con Matt (Brian d’Arcy James), Sacha (Rachel McAdams), y Mike (Mark Ruffalo); estos dos últimos nominados como mejor actriz y actor de reparto. Un nuevo editor toma el control y es siguiendo sus órdenes que el equipo de Spotlight comienza a investigar el caso, aunque no de muy buena gana.
Es una historia de detectives que se narra de manera lineal, siguiendo de una pista a otra como lo haría Sherlock Holmes, aunque cada miembro del equipo tiene su tarea específica. De este modo seguimos el camino de pistas de cada uno hasta que comienzan a entrecruzarse. No es una historia con grandes picos de tensión y emoción, sino que se mantiene como una constante. Las grandes revelaciones no están servidas al público, sino que debemos deducir junto a ellos, y hacer un esfuerzo mental excepcional. Las interpretaciones son todo lo que sustenta nuestra historia, larga y sin momentos explosivos. Si no fueran impecables, la historia se tornaría aburrida. Pero las actuaciones son perfectas, personajes humanos y coloridos que logran conmovernos sin resultar nunca predecibles.
La historia “basada en hechos reales” está explotada lo mejor posible, y no sólo narra con sobriedad y madurez un tema tan espinoso y que despierta tantas pasiones sino que ilustra perfectamente la vocación del periodista. Es el equivalente más moderno de “Todos los Hombres del Presidente” que podemos encontrar en el cine de los últimos años. Del mismo modo, elige sugerir antes que explicar al 100% y es un gran acierto para mantenernos despiertos. Incluso trata aristas del lado humano que salen de lo estríctamente investigativo. Un ejemplo de esto es cuando la creyente abuela de Sacha lee el artículo sobre los abusos de sacerdotes. Casi ninguna palabra, pero todo dicho sin caer en el melodrama innecesario, lo cual resulta bastante tentador dada la temática de la narración.
Esta película evita la dramatización y la composición de los planos es sencilla, sin ningún agregado que resulte aparatoso. De este modo no sólo lo sentimos más realista y cercano, sino que no hay nada que nos distraiga del trabajo detectivesco que van haciendo los periodistas. Funciona también como una película de denuncia, ya que nos cuenta los pormenores de un caso que tiene alcance mundial pero del que desconocemos gran parte. Además, no pone a los periodistas como los grandes héroes que pueden derrotar al sistema, al mencionar el hecho de que tenían todos los datos desde hacía años pero no habían investigado. Sin nada obvio, para pensar en el tema de la famosa objetividad.
“En primera plana” quedará en la historia como uno de los grandes exponentes del sub-género de historias de investigaciones periodísticas, y como un exacto retrato de una profesión. Sólo nos queda preguntarnos cómo reaccionará la iglesia católica al estreno de esta película, considerando que más de una vez ha boicoteado producciones que los dejaban mal parados. Ya veremos, pero mientras tanto no hay duda de que se perfila como una de las grandes ganadoras de esta temporada de premios.