Cuando hay abusos, menores involucrados y la Iglesia Católica de por medio, siempre, SIEMPRE es un tema delicado. Tom McCarthy logra tocar el asunto de forma seria y objetiva a través de un grupo de periodistas del Boston Globe, una de las ciudades más arraigada a la institución y su credo. Basada en hechos reales llega una de las más firmes candidatas al Oscar a Mejor Película.
Es muy necesario separar las creencias personales de la institución en sí, pero como bien se marca a lo largo de “En Primera Plana” (Spotlight, 2015), para muchos de los fieles (y las víctimas de esta historia) es casi imposible distinguir la traición de uno por sobre la del otro. La corrupción del cuerpo no puede despegarse de la del alma, y para el creyente el golpe (y el daño) es mucho más duro.
Tal vez los victimarios lo saben, pero no es el punto principal de esta crónica que toma como punto de partida la dramática investigación de un grupo de reporteros de Spotlight, una sección especial del Boston Globe, que en el año 2001 se concentró en sacar a la luz una escandalosa conspiración local donde se descubrió que las más altas autoridades de la Iglesia Católica decidieron apañar (o mejor dicho, hacer la vista gorda) a un sinfín de casos de abusos de menores por parte de sus curas, cuyos objetivos mayoritariamente, eran pequeños de las clases más bajas. Una práctica se extendió a lo largo de cincuenta años ante la vista de políticos, clérigos, autoridades policiales y las mismísimas familias de las víctimas que no encontraban, en muchos casos, ni voz ni voto.
Todo comienza con la llegada de Marty Baron (Liev Schreiber), el nuevo editor del diario, que decide tomar un caso reciente y aislado de abuso para ahondar en las implicaciones y responsabilidades del Cardenal Law (arzobispo de la ciudad) y el resto de la institución en el asunto. La tarea va a parar a manos de Spotlight, un grupo especializado de periodistas investigadores (Michael Keaton, Rachel McAdams, Mark Ruffalo y Brian d´Arcy James) que pronto empiezan a desenmascarar una historia muchísimo más grande de lo esperaban.
Lo que sigue es una bola de nieve periodística con muchos palos en la rueda por parte de políticos en conjunción con la iglesia, abogados que juegan a dos puntas y un montón de víctimas que quieren hacerse oír. Un tema durísimo tratado con elegancia, dramatismo y tensión, sin golpes bajos con algo de sarcasmo, siempre desde el punto de vista de los reporteros y su incansable trabajo.
Más interesante desde el contenido que desde la forma, “En Primera Plana” tal vez carezca de cierto brillo estético y visual, pero debe ser vista por el sólo hecho de lo que representa y su denuncia que tiene un alcance a nivel mundial. Su realizador, Tom McCarthy -“Visita Inesperada” (The Visitor, 2007)-, no tiene tantos títulos en su haber y eso se nota, pero no desmerece la corrección narrativa y sin artificios que le imprime a la historia.
“En Primera Plana” en una película de ensamble. Ninguno de sus actores por separado se destaca realmente, pero en conjunto forman parte de un todo indivisible. Ahí está el fuerte de este drama y el aporte de cada uno, como protagonista y como personaje.
Los verdaderos héroes de esta historia ganaron el Premio Pulitzer al Servicio Público y destaparon una olla bastante hedionda en una ciudad donde la iglesia tiene un peso muy importante en cada aspecto de la comunidad.
“En Primera Plana” se ubica dentro de la tradición de películas como “Todos los Hombres del Presidente” (All the President's Men, 1976), duras, concisas y sin artificios, donde se destaca la labor ética del periodista, sólo que acá los temas son mucho más duros de tragar que los escándalos políticos.
Dirección: Tom McCarthy
Guión: Josh Singer, Tom McCarthy
Elenco: Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Schreiber, John Slattery, Brian d´Arcy James, Stanley Tucci, Elena Wohl, Gene Amoroso, Doug Murray.