Spotlight, por su parte, ha ganado el SAG (el premio del sindicato de actores) al mejor reparto, lo cual ha sido un acierto al tratarse de una película que no tiene un protagonista definido. Aquí lo que importa es el trabajo codo a codo, el esfuerzo de cada uno para que triunfe el conjunto.
La película cuenta la historia de un grupo de periodistas del Boston Globe que desenmascaró casos de pederastia en la Iglesia Católica en el 2002. Sin escenas rimbombantes ni héroes ensalzados ni víctimas humilladas, la sobriedad de Spotlight la hace grande. Se percibe en ella un homenaje al mejor periodismo de investigación, aquel que se resiste a los embates del poder con tal de pronunciar su verdad. Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, John Slattery, Brian d’Arcy James, Liev Schreiber, Billy Crudup, Stanley Tucci… todos entregan actuaciones de nivel.
Thomas McCarthy confirma, como lo había hecho con The Visitor en 2007, que es un director necesario, de esos que apuestan al valor de la palabra. Al igual que Todd Haynes, McCarthy confía en el espectador. No es poco viniendo de Hollywood.