Con dirección de Tom McCarthy y un elenco repleto de intérpretes con renombre, Spotlight (En primera plana en Argentina) se mete en la redacción del Boston Globe para reconstruir la investigación periodística que buscó demostrar que las denuncias de abuso contra sacerdotes no eran casos aislados sino que la institución activamente trabajó para encubrirlos.
Basado en hechos reales
Cada vez que ese cartel aparece al principio de un largometraje genera un interés particular, sobretodo si es alguna historia que nos resulta conocida. Spotlight existe desde la década del setenta y es la sección de periodismo de investigación en el diario Boston Globe. A lo largo de su historia produjo muchos trabajos, pero el que resonó a nivel mundial fue el que desarrollaron durante el año 2001, causando el mayor escándalo que la Iglesia Católica tuvo que enfrentar en los últimos años y del que aún no se recupera.
Lo que empieza como el caso de un sacerdote acusado de abuso de menores se vuelve más complejo en cuanto el nuevo editor en jefe del diario decide que es un tema que merece ser investigado con mayor profundidad. Rascando un poco sobre la superficie, las denuncias contra distintos sacerdotes comienzan a apilarse rápidamente y a mostrar patrones que los lleva a pensar que no son situaciones aisladas sino que la institución está activamente operando para encubrir y proteger a estos hombres. En una trama que atraviesa la sociedad en todos sus estratos, el equipo de investigadores recurrirá a fuentes hasta entonces menospreciadas para lograr desenmarañar una conspiración de la que hasta ellos mismos formaron parte sin enterarse.
Separando la fe de la institución
A diferencia de otras regiones donde predominó la inmigración inglesa, en Boston la fuerte presencia irlandesa implica que buena parte de su población sea católica y que dicha institución tenga un poder similar al que estamos acostumbrados a ver en la sociedad argentina, algo que no sucede de la misma manera en muchas otras ciudades de Estados Unidos. Es por eso que esta historia difícilmente podría desarrollarse en otro contexto donde unos pocos casos pasarían desapercibidos como parte de una trama mayor y donde una investigación no tocaría tantos intereses cercanos al equipo. En ese contexto, es lógico que gran parte de los periodistas del diario sean de origen católico y las primeras barreras que tengan que superar sean las de su propia negación a creer que lo que están viendo pueda ser real, necesitando la llegada de alguien ajeno a la ciudad y a la fé católica para incentivarlos a tomar consciencia de una situación con la que ellos convivieron toda su vida, naturalizándola.
Además de mostrar el trabajo en una redacción de una época cuando internet era apenas incipiente, Spotlight se toma su tiempo para retratar con crudeza los relatos de varias de las víctimas y las consecuencias que tuvo en su vida adulta no sólo el hecho concreto de ser abusados física y emocionalmente sino también el descreimiento o las presiones de su entorno por mantener todo en secreto, dejando claro que pretende visibilizar la complicidad silenciosa que ejerce la sociedad ante realidades demasiado incómodas como para querer enfrentarlas, algo que no es exclusivo de Boston ni de la Iglesia Católica.
Desde el aspecto visual, McCarthy (En tus Zapatos) no se arriesga con nada que pueda quitarle la atención a los intérpretes y en eso se nota su pasado como actor antes pasarse detrás de las cámaras. La fotografía acompaña las acciones sin pretender tener un discurso propio más que dar el contexto y la dirección de arte busca un realismo casi documental al reconstruir una época cercana que se diferencia en detalles sutiles con el presente.
Conclusión
Spotlight se destaca principalmente por las actuaciones de su reparto cargado de nombres y rostros conocidos tanto del cine como la televisión, apoyándose en un guión claro y sin sorpresas que no pierde el rumbo con las tramas secundarias sino que las utiliza para mostrar cómo afecta a cada uno de los integrantes del equipo el estar descubriendo algo que los espanta pero que no pueden compartir con nadie para no poner en peligro la investigación.