Preguntas incómodas
Spotlight -2015- es un título elocuente, que obviamente la traducción local redujo al insípido “En primera plana” para dar cuenta de un objetivo central en el periodismo de investigación: poner el foco o dar luz a aquello que no se conoce o no se quiere ver. Sencillamente la premisa de toda investigación periodística seria arranca desde ese lugar, conociendo de antemano que con la primera pregunta incómoda se inicia una carrera contra reloj, mientras eso que llamamos “verdad” se reparte en un juego de intereses que involucran al poder y a todo aquello vinculado, sin distinción de jerarquía o lugar dentro de la sociedad.
Ahora bien, tampoco es azaroso que el contexto de este film rescate el trabajo y el oficio de los periodistas que integraban el grupo de investigación del diario más prestigioso de la ciudad de Boston, cuyos trabajos demandaban un año o más hasta ser publicadas y que debieron no sólo luchar contra fuertes instituciones como la iglesia, sino también contra el axioma de la primicia y los tiempos de un periodismo que comenzaba a abrazar la dinámica de internet sin la explosión que se produjera muchos años después, claro está.
En ese sentido, el caso de pedofilia que involucraba tanto a sacerdotes, obispos y a toda la iglesia católica de Boston, y que fuera eje de la investigación del Boston Globe en el 2001, antes del 11S, ocupa una parte de este opus, pero no es el centro de la historia. El protagonismo aquí lo lleva el grupo de investigación y sus compromisos con el trabajo, también las contradicciones propias de todo proceso que involucra tomar contacto con realidades desconocidas y fuentes de diversa calidad para llegar a la punta del ovillo.
Las redes de complicidad y los pactos de silencio forman parte de lo cotidiano, las amenazas tanto implícitas como explícitas cuando se avanza un casillero en un enorme tablero, también son parte del folklore y por supuesto la adrenalina del oficio. La dedicación exclusiva a la búsqueda de información oculta es el motor que moviliza a cada uno de los protagonistas –a veces voceros de los que no tienen voz- de este relato que se toma su tiempo para desarrollar el oscuro entramado detrás de una noticia que por azares no toma la relevancia necesaria en el momento de producirse.
No hay un actor que destaque por encima del resto, en un reparto integrado por Michael Keaton, Mark Ruffalo, Rachel McAdams, Liev Schreiber, John Slattery, Brian d’Arcy James, Stanley Tucci y Billy Crudup, todos con personajes importantes que se amalgaman en esta suerte de película coral en la que el director Tom McCarthy se recupera con creces del enorme traspié al haber aceptado la dirección de la película de Adam Sandler En tus zapatos -2014-.
El recuerdo de Todos los hombres del presidente (All president’s men -1976-), película icónica que recogía la investigación sobre el caso Watergate dice presente aquí, pero también la poco recordada El diario (The Paper -1994-), no sólo por compartir a Michael Keaton como cabeza de grupo, sino por esa tensión que implica toda redacción periodística, acaloradas reuniones y un sinfín de contratiempos que le ponen pimienta a la rutina.