ATRAPA Y CONFUNDE
Filme vistoso, algo extravagante, confuso, lleno de emboscadas narrativas, pero tiene nervio y aciertos visuales. Don Boyle (“¿Quiere ser millonario?”) suele pasarse de rosca, pero sabe cómo se hace para que hasta la escena más simple tenga sello propio. Cine comercial de empinada factura. Sádico, vertiginoso, medio tramposo pero también atractivo. Aquí cuenta las andanzas de un ladrón que se roba un cuadro de Goya. Cuando va a escapar recibe un golpe en la cabeza y no se acuerda dónde lo dejó. Los integrantes de la banda primero no creen en su amnesia, pero después deciden recurrir a una terapeuta. Hipnosis y charla van despejando el camino. Pero las cosas nunca son simples. La terapeuta juega su partido, hay traiciones, sospechas de todos lados y surgen recuerdos y olvidos que lastiman y complican todo. Al final el robo es una forma de ajustar cuentas.
La película se enreda, porque no sabemos si lo que vemos es lo que pasa o lo que deambula por la conciencia de ese desmemoriado. Thriller interesante, intenso, pero con demasiadas vueltas.