Danny Boyle es un maestro de los rompecabezas cinematográficos, efectos, edición, manera de filmar, toda su pirotecnia basada en la técnica de una especialista en hipnosis que puede supuestamente plantar deseos y recuerdos, ocultarlos o hacerlos aflorar. Un juego que atrapa al espectador, un entreteniento endemoniado.