Alejado de las temáticas que supieron traerle el reconocimiento que un artista de su talla se merecía, finalmente Danny Boyle, uno de los directores más talentosos para contar historias de superación humana y convertirlas en agradables para la vista y los oídos de los cinéfilos, está de regreso.
Más allá del Oscar, el resto de las nominaciones que recibió por “Slumdog Millonaire” (2008) y “127 Horas” (2010) y de haber dirigido la apertura de los últimos juegos olímpicos, el cine extrañaba este Danny, el que es capaz de atornillarte a la butaca con una historia madura (independientemente del género al cual pertenezca) que pone el eje en la naturaleza humana y lo que esta permite hacer a sus protagonistas.
Desde “Trainspotting” (1996), “La Playa” (2000), “Exterminio” (2002), “Millones” (2004), “Sunshine: Alerta Solar” (2007) y hasta los anteriormente mencionados, todos los trabajos de Boyle hablan de lo mismo y en el mismo idioma: Personajes que deben superar un momento crítico en sus vidas, sin la ayuda de ninguna otra cosa que no sea la voluntad por seguir adelante y sortear ese obstáculo.
Basado en un guión de John Hodge (con quien ya había trabajado en “Trainspotting”) “En Trance” significa el regreso al Boyle sucio, aquel que no tiene miedo de ensuciarse las manos con tal de sumergir al espectador en un espiral de idas y vueltas del cual es difícil salir siempre bien parado. Y por si fuera poco estamos frente al primer thriller de su carrera, un film noir en toda regla que ofrece todo aquello a lo que Boyle nos tiene ya acostumbrados pero en dosis muy grandes y gratificantes.
Comenzando el relato con una impresionante secuencia que retrata el robo de una pintura en plena subasta, la historia empieza a seguir los pasos de Simon (perfecto James McAvoy) quien tiene la responsabilidad de proteger la obra de arte, pero a su vez también forma parte del grupo que perpetra el robo liderado por Franck (el grandioso Vincent Cassel) por lo que todo termina en una serie de violentos acontecimientos que dejan a Simon en estado inconsciente.
Al despertar del coma, el paradero de la obra sigue siendo todo un misterio, por lo que el grupo de criminales decide pedir ayuda a una respetada hipnoterapeuta (la terriblemente hermosa Rosario Dawson) para resolver el misterio y hacerse de una vez por todas con el botín, sin tener en cuenta los riesgos que desatará en sus protagonistas saber todos los secretos que esconden en su inconsciente.
Con un avasallante ritmo que no da respiro ni un segundo, una fotografía suprema de Anthony Don Mantle (ganador del Oscar por su trabajo en “Slumdog Millonaire”) y una excelsa y revitalizante banda sonora compuesta por Rick Smith, pero que además cuenta con el siempre importante aporte de Moby (en uno de los momentos más logrados y perfectos del film), “En Trance” es de esas producciones que de tan vertiginosa y dinámica que es te pasa factura si pestañeas un segundo de más.
Párrafo aparte para dos aspectos fundamentales que terminan de convertir al último trabajo de Boyle en una de las mejores películas de este año, que son las actuaciones y la edición del film.
Las grandiosas actuaciones de McAvoy, Cassel y Dawson son vitales ya que Boyle intercambia el protagonismo central entre estas tres figuras, corriendo la mirada constantemente para que el espectador nunca pueda anticiparse quien es verdaderamente el eje absoluto de la historia.
Un misterio que se resuelve en su tercer acto, donde Boyle hace gala de su impresionante capacidad técnica, apoyándose también en la edición de John Harris, para montar unos minutos finales hipnotizantes y frenéticamente adictivos.
Sin dudas “En Trance” es un excelso trabajo de Boyle dentro de su filmografía, que si bien podemos considerar como un regreso, es la muestra más clara de que Danny nunca se fue.