Sandler serio... no es serio
Hacía bastante que no se lo veía a Adam Sandler intentando despegarse del mote de comediante puro y duro forjado durante dos décadas. Más precisamente desde 2006, cuando filmó el drama post 11-S La esperanza vive en mí. Pero ahora el ex Saturday Night Live apuesta a una comedia teñida por el drama como En tus zapatos. Los resultados, sin embargo, no son satisfactorios.
El film de Thomas McCarthy (The Station Agent, Visita inesperada y Ganar, ganar) arranca a comienzos del siglo pasado, cuando un grupo de zapateros teoriza sobre la importancia de los calzados y, más precisamente, sobre el significado de la frase “ponerse en los zapatos del otro”. Corte hasta la actualidad y allí está Max, cuarta generación de la familia con ese oficio, atrapado en una vida monótona y la solitaria apenas interrumpida por los cuidados a su madre enferma y las ocasionales charlas con un vecino (Steve Buscemi). Hasta que un día descubre que puede adoptar la apariencia de sus clientes con tan solo calzarse sus zapatos, siempre que los mismos hayan sido reparados con una máquina centenaria.
El film tiene una primera mitad que prioriza la comedia por sobre el drama, con Max utilizando su flamante descubrimiento para cumplir con sus deseos. Deseos que, en realidad, son más bien picardías que van desde irse sin pagar de un restaurante hasta intentar levantarse a una chica. Pero cuando obliga a su protagonista a poner el hechizo al servicio del bien, satisfaciendo primero a su madre y después desbaratando un negociado inmobiliario, ladea hacia un drama moralista y aleccionador, con todos los elementos puestos al servicio de la conversión del protagonista. Así, En tus zapatos está más cerca de Click, perdiendo el control que de, por ejemplo No te metas con Zohan. Una lástima.