Niños y adultos en problemas
Ganadora del Oscar a la "mejor película extranjera", el nuevo trabajo de la realizadora danesa Susanne Bier (Things we lost in fire) explora con buen pulso dramático un mundo de contrastes, de padres separados y de niños con problemas.
Este es el marco que une a los dos protagonistas infantiles: Christian (William Johnk Nielsen), quien regresa con su padre a su Dinamarca natal tras la muerte de su mamá; y Elias (Markus Rygaard), hijo de Anton (Mikael Persbrandt), un médico que pasa sus días en un campo de refugiados en Africa y que se está separando de su esposa Marianne (Trine Dyrholm).
En un mundo mejor alterna la acción de una Dinamarca en la que subyace la violencia (Elías es objeto de maltrato por parte de sus compañeros y Christian, el recíen llegado, lo involucra en un acto de veganza que pone a prueba su amistad) y en un continente donde la muerte es moneda corriente. Lugares opuestos que sintetizan la expresión de deseo de los personajes que los habitan: tomar difíciles decisiones.
Adultos que salen en defensa de sus hijos, de chicos que parecen desorientados para enfrentar un duro camino y de la computadora como nexo de unión entre un hijo que espera y un padre apresado por la pesadilla de su labor como médico.
Varios relatos que tienen denominadores comunes y que podrían temrinar en tragedia bajo una mirada dolorosa, intensa y dura. Y un elenco que los conduce magistralmente.